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Ciencia.-Indicios de un agujero negro supermasivo binario

Un equipo liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha observado las regiones centrales de la galaxia OJ 287, revelando la existencia de un dúo único de agujeros negros.

IAA/CSIC (IAA/CSIC/Europa Press)

MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

Un equipo liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha observado las regiones centrales de la galaxia OJ 287, revelando la existencia de un dúo único de agujeros negros.

El análisis de los datos reveló que esta espectacular fuente exhibe un chorro de plasma muy curvado que presenta varios nudos, o regiones más brillantes, cuya naturaleza se desconoce. La comparación de las observaciones espaciales y terrestres reveló una curvatura progresiva del chorro con una resolución angular creciente, en concordancia con las predicciones teóricas que sostienen que OJ 287 no alberga uno, sino dos agujeros negros supermasivos, con el secundario orbitando al primario y perforando su disco de acreción dos veces cada 12 años.

Además, el equipo comprobó que, en tanto que la energía de las regiones más internas del chorro surge de las partículas de plasma, a distancias mayores procede tanto de las partículas como del campo magnético local. También hallaron indicios de que el campo magnético, en las regiones más internas, se halla enroscado en una estructura helicoidal que concuerda con los modelos de formación de chorros.

«Estos resultados suponen un paso adelante en nuestro conocimiento sobre la morfología de los chorros en las cercanías del motor central. Confirman, también, el papel de los campos magnéticos en su lanzamiento y registran, una vez más, indicios indirectos de la existencia de un sistema binario de agujeros negros en el corazón de OJ 287», apunta en un comunicado Thalia Traianou, investigadora del IAA-CSIC que participa en el trabajo.

El hallazgo ha sido posible gracias a la técnica conocida como interferometría de muy larga base (VLBI), que permite que múltiples radiotelescopios separados geográficamente trabajen al unísono, funcionando como un telescopio con un diámetro equivalente a la distancia máxima que los separa.

En este caso, el equipo científico observó OJ 287 con antenas terrestres y en el espacio. La participación de la antena en órbita de diez metros Spektr-R (misión RadioAstron, del Centro Espacial Astro de Moscú y apoyada por la Agencia Espacial Rusa), permitió crear un radiotelescopio con un diámetro 15 veces mayor que el de la Tierra. La imagen resultante es equivalente a distinguir, desde tierra, una moneda de 20 céntimos en la superficie de la Luna. «Nunca hemos observado el funcionamiento interno del chorro en OJ287 con un detalle tan fino», destaca Traianou.

A día de hoy, una de las principales incógnitas relacionadas con la formación de agujeros negros supermasivos se conoce como el problema del pársec final.

La teoría sugiere que todos los sistemas binarios de agujeros negros mantendrán para siempre una distancia de alrededor de un pársec (un pársec equivale a 3,26 años luz), debido a la dificultad en disipar el momento angular cuando los dos agujeros negros están aislados de otras interacciones gravitatorias, y la separación entre ellos no es lo suficientemente pequeña como para que emitan ondas gravitatorias. La detección y estudio de las ondas gravitatorias emitidas por estos sistemas podrían confirmar o descartar esta teoría.

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