MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Un comportamiento de salto totalmente nuevo ha sido observado en las larvas de insectos, y hay pruebas de que se produce en una serie de especies, pese a lo cual había pasado desapercibido hasta ahora.
Se ha visto en las larvas de una especie de escarabajo de corteza plana alineada (‘Laemophloeus biguttatus’). En concreto, las larvas son capaces de saltar en el aire, y cada larva se enrosca en un bucle mientras salta hacia adelante. Lo que hace que estos saltos sean únicos es la forma en que las larvas son capaces de hacerlo.
«El salto es extremadamente raro en las larvas de las especies de escarabajos, y el mecanismo que utilizan para ejecutar sus saltos es, por lo que sabemos, desconocido hasta ahora en cualquier larva de insecto», dice Matt Bertone, autor de un artículo sobre el descubrimiento y director de la Clínica de Enfermedades Vegetales e Insectos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos).
Aunque hay otras especies de insectos que son capaces de dar saltos prodigiosos, dependen de algo llamado «mecanismo de accionamiento de resortes mediado por pestillos». Esto significa que esencialmente tienen dos partes de su cuerpo que se enganchan entre sí mientras el insecto ejerce fuerza, acumulando una cantidad significativa de energía. A continuación, el insecto desengancha las dos partes, liberando toda esa energía a la vez, lo que le permite saltar del suelo.
«Lo que hace que el ‘L. biguttatus’ sea tan extraordinario es que realiza estos saltos sin enganchar dos partes de su cuerpo –dice Bertone–. En su lugar, utiliza las garras de sus patas para agarrarse al suelo mientras acumula esa energía potencial, y una vez que esas garras se sueltan del suelo, esa energía potencial se convierte en energía cinética, lanzándola hacia el cielo».
El descubrimiento de este comportamiento fue un tanto fortuito. Bertone había recogido una serie de muestras de insectos de un árbol en descomposición cercano a su laboratorio para fotografiarlos cuando se dio cuenta de que estas larvas de escarabajo parecían estar saltando.
Bertone y Adrian Smith, coautor del artículo, decidieron entonces filmar el comportamiento para ver mejor lo que ocurría. Fue entonces cuando empezaron a comprender lo peculiar del comportamiento. Smith es profesor adjunto de investigación de ciencias biológicas en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y director del Laboratorio de Investigación de Biología Evolutiva y Comportamiento del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte.
«La forma en que estas larvas saltaban fue impresionante al principio, pero no comprendimos inmediatamente lo singular que era –recuerda Bertone–. Luego lo compartimos con varios expertos en escarabajos de todo el país, y ninguno de ellos había visto el comportamiento de salto antes. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que teníamos que examinar más de cerca cómo la larva hacía lo que hacía».
Para determinar cómo ‘L. biguttatus’ era capaz de ejecutar sus acrobacias, los investigadores filmaron los saltos a velocidades de hasta 60.000 fotogramas por segundo. Esto les permitió captar todos los movimientos externos asociados a los saltos, y sugirió que las patas creaban esencialmente un mecanismo de enganche con el suelo.
Los investigadores también realizaron una evaluación de la masa muscular para determinar si era posible que las larvas realizaran sus saltos utilizando sólo sus músculos, en lugar de utilizar un mecanismo de enganche para almacenar energía. Comprobaron que las larvas carecían de músculos suficientes para lanzarse al aire tan lejos o tan rápido como habían sido filmadas saltando. Por lo tanto, la única forma en que las larvas podían realizar sus hazañas aéreas era agarrándose al suelo.
Mientras tanto, en un vídeo no relacionado con los gusanos saltadores, Smith había incluido un breve clip del comportamiento de salto del ‘L. biguttatus’. Ese vídeo fue visto por un investigador de Japón llamado Takahiro Yoshida, que había presenciado saltos similares en las larvas de otra especie de escarabajo llamada ‘Placonotus testaceus’, pero no había publicado nada relacionado con el comportamiento.
«No tenemos imágenes de alta velocidad del ‘P. testaceus’, pero las pruebas de vídeo que tenemos del laboratorio de Yoshida sugieren que este comportamiento hasta ahora desconocido se da en dos géneros diferentes que ni siquiera están estrechamente relacionados», apunta Bertone.