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Estados Unidos.- Un estudio demuestra que las vacunas contra la COVID-19 no causan infertilidad

Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (Estados Unidos) ha concluido que la vacunación contra la COVID-19 no perjudica la fertilidad en cualquiera de los dos miembros de la pareja, pero, sin embargo, los hombres que se infectan con el coronavirus pueden experimentar una reducción de la fertilidad a corto plazo.

IVI - Archivo (IVI/Europa Press)

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (Estados Unidos) ha concluido que la vacunación contra la COVID-19 no perjudica la fertilidad en cualquiera de los dos miembros de la pareja, pero, sin embargo, los hombres que se infectan con el coronavirus pueden experimentar una reducción de la fertilidad a corto plazo.

Publicada en la revista científica ‘American Journal of Epidemiology’, esta investigación en parejas que intentan concebir un hijo no encontró ninguna relación entre la vacunación contra la COVID-19 y la fecundidad (la probabilidad de concepción por ciclo menstrual) en las parejas que recibieron las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna o Janssen.

Por el contrario, los resultados indican que la infección por COVID-19 entre los hombres puede reducir temporalmente la fertilidad, un resultado que podría evitarse mediante la vacunación.

«Muchas personas en edad reproductiva han citado la preocupación por la fertilidad como una razón para no vacunarse. Nuestro estudio muestra por primera vez que la vacunación contra la COVID-19 en cualquiera de los dos miembros de la pareja no está relacionada con la fertilidad entre las parejas que intentan concebir mediante el coito. El tiempo hasta el embarazo fue muy similar independientemente del estado de vacunación», explica la autora principal del estudio, la Dra. Amelia Wesselink.

Estos investigadores estadounidenses analizaron los datos de una encuesta entre mujeres que intentan concebir y las sigue desde la preconcepción hasta seis meses después del parto. Entre las participantes se encontraban 2.126 mujeres de Estados Unidos y Canadá que proporcionaron información sobre sociodemografía, estilo de vida, factores médicos y características de sus parejas desde diciembre de 2020 hasta septiembre de 2021, y las participantes fueron seguidas en el estudio hasta noviembre de 2021.

Los investigadores calcularon la probabilidad de concepción por ciclo menstrual utilizando las fechas autodeclaradas del último período menstrual de las participantes, la duración típica del ciclo menstrual y el estado de embarazo.

Las tasas de fecundidad entre las participantes que recibieron al menos una dosis de una vacuna fueron casi idénticas a las participantes no vacunadas. La fecundidad también fue similar para las parejas masculinas que habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 en comparación con los participantes masculinos no vacunados.

Los análisis adicionales que consideraron el número de dosis de la vacuna, la marca de la vacuna, los antecedentes de infertilidad, la ocupación y la región geográfica tampoco indicaron ningún efecto de la vacunación sobre la fertilidad.

Si bien la infección por COVID-19 no estaba fuertemente asociada con la fertilidad, los hombres que dieron positivo en la prueba de COVID-19 dentro de los 60 días de un ciclo determinado tuvieron una fertilidad reducida en comparación con los hombres que nunca dieron positivo, o los hombres que dieron positivo al menos 60 días antes. Estos datos respaldan investigaciones anteriores que han relacionado la infección por COVID-19 en los hombres con la mala calidad del esperma y otras disfunciones reproductivas.

«Estos datos proporcionan pruebas tranquilizadoras de que la vacunación contra la COVID-19 en cualquiera de los dos miembros de la pareja no afecta a la fertilidad entre las parejas que intentan concebir. El diseño prospectivo del estudio, el gran tamaño de la muestra y la heterogeneidad geográfica de la población estudiada son los puntos fuertes del estudio, al igual que nuestro control de muchas variables como la edad, el nivel socioeconómico, las condiciones de salud preexistentes, la ocupación y los niveles de estrés», afirma otra de las responsables de la investigación, Lauren Wise.

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