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Corea del Norte reabre la frontera después de dos años

ARCHIVO - Visitantes caminando por el puente roto del río Yalu, a la derecha, junto al Puente de la Amistad, que conecta China y Corea del Norte, en Dadong, en la provincia nororiental china de Liaoning, el 9 de septiembre de 2017. (AP Foto/Emily Wang, A ARCHIVO – Visitantes caminando por el puente roto del río Yalu, a la derecha, junto al Puente de la Amistad, que conecta China y Corea del Norte, en Dadong, en la provincia nororiental china de Liaoning, el 9 de septiembre de 2017. (AP Foto/Emily Wang, Archivo) (Emily Wang/AP)

SEÚL, Corea del Sur (AP) — Tras pasar dos años en una estricta cuarentena debido a la pandemia del COVID-19, Corea del Norte podría estar abriendo por fin, poco a poco. La operación podría reflejar una sensación cada vez mayor de que los líderes del país reconocen que necesitan ayuda económica del exterior.

El intento de reapertura se veía en la aparente reanudación del tráfico de trenes de mercancías entre Corea del Norte y la vecina China. Pero ocurría al mismo tiempo que Pyongyang hacía pruebas armamentísticas -la más reciente el jueves, con el lanzamiento de dos posibles misiles balísticos-, y emitía amenazas veladas sobre reanudar los ensayos de bombas nucleares y misiles de largo alcance capaces de llegar a Estados Unidos.

El mensaje aparentemente contrapuesto -por un lado abrir ligeramente la frontera, por otro presión militar sobre Washington tras una prolongada parálisis en las negociaciones nucleares- probablemente apunta a una admisión de que la pandemia ha empeorado una economía ya dañada por décadas de mala gestión y duras sanciones lideradas por Estados Unidos debido al programa armamentístico norcoreano.

Según las estimaciones surcoreanas, el crucial comercio norcoreano con su aliada China se contrajo en torno a un 80% en 2020, antes de caer de nuevo en dos tercios en los primeros nueve meses de 2021, cuando selló sus fronteras.

La reapertura parcial de la frontera también plantea dudas sobre cómo espera Pyongyang recibir y administrar vacunas tras un año de demoras en su campaña de inmunización.

“Corea del Norte podría terminar siendo el último campo de batalla del planeta en la guerra contra el COVID-19. Incluso los países más pobres de África han recibido ayuda exterior y vacunas o adquirido inmunidad a través de los contagios, pero Corea del Norte es el único país del mundo sin un plan real”, dijo el analista Lim Soo-ho en el Institute of National Security Strategy de Seúl, un grupo de estudios dirigido por la principal agencia surcoreana de espionaje.

Las imágenes por satélite indican que el primer tren norcoreano de mercancías que cruzó el río Yalu la semana pasada regresó después de China y descargó mercancías en un aeródromo en la localidad fronteriza de Uiju, según el sitio web sobre Corea del Norte 38 North. Se cree que el aeródromo se ha reconvertido para desinfectar suministros importados, que podrían incluir comida y medicamentos.

El ministerio chino de Exteriores ha dicho que el comercio entre las localidades fronterizas se mantendrá con los controles de pandemia activados. Sin embargo, funcionarios surcoreanos dijeron que por el momento no estaba claro si Pyongyang había reabierto por completo el comercio terrestre con China, que es una conexión económica crucial para el país.

Algunos medios surcoreanos han especulado con que Corea del Norte podría haber reabierto de forma temporal la línea ferroviaria entre Sinuiju y la localidad china de Dandong sólo para recibir comida y productos esenciales, presentados como obsequios a su población durante importantes feriados como el 80mo aniversario del nacimiento del padre del líder, Kim Jong Un, que se celebra el mes próximo, y el 110mo aniversario del nacimiento de su abuelo y fundador del país, en abril.

Sin embargo, muchos expertos dicen que es más probable que las penurias económicas de la pandemia estén obligando a Corea del Norte a probar una reapertura gradual de sus fronteras que podría detenerse con rapidez si aparece un riesgo mayor.

Tras dos años de aislamiento extremo y decadencia económica, los líderes de Pyongyang buscan formas más sostenibles de lidiar con una pandemia que podría tomar años.

Aunque por el momento Corea del Norte ha reportado cero contagios del nuevo coronavirus, también ha descrito su campaña antivirus como una cuestión de “existencia nacional”. Ha restringido de forma drástica el comercio y el tráfico transfronterizo, prohibido el turismo y expulsado diplomáticos, e incluso se cree que ha ordenado a sus tropas que disparen a cualquier intruso que vean.

Las autoridades del país saben que un gran brote de COVID-19 sería devastador dada la debilidad del sistema de salud, e incluso podría provocar descontento social al combinarse con la escasez crónica de alimentos, según los expertos.

En los últimos meses, las autoridades surcoreanas han informado de zonas de desinfección habilitadas en localidades fronterizas y puertos norcoreanos. La Organización Mundial de la Salud indicó en octubre que el país había empezado a recibir entregas de suministros médicos llevadas por mar desde China a través de su puerto de Nampo.

La pandemia es otra dificultad para Kim, que obtuvo pocos beneficios de su campaña diplomática de desarme por ayuda con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Esas conversaciones se derrumbaron en 2019.

Kim reconoció en 2020 que sus planes económicos previos no estaban funcionando y comenzó 2021 con un nuevo plan de desarrollo para los siguientes cinco años.

Sin embargo, la revisión interna de su economía en una reunión del partido gobernante en diciembre de 2021 indicaba que el primer año del plan había sido decepcionante, dijo Lim. Los progresos tangibles se limitaban a una modesta mejora en la producción de alimentos, tras un 2020 marcado por tormentas e inundaciones que destruyeron cosechas.

El comercio restablecido entre Corea del Norte y China estará dominado por las importaciones. La mayoría de las exportaciones norcoreanas están bloqueadas por sanciones internacionales después de que Kim acelerase en 2016 su desarrollo nuclear y de misiles.

Pyongyang podría centrarse en importar fertilizante para aumentar la producción de comida. También necesita materiales de construcción para proyectos de desarrollo importantes para Kim. La maquinaria y materiales de fábrica son cruciales para reactivar la producción industrial, diezmada por dos años sin comercio.

Sin embargo, los expertos aún esperan que el comercio norcoreano con China sea significativamente menor que antes de la pandemia.

Corea del Norte no puede comprar ya una enorme cantidad de productos porque los años de sanciones y las dificultades asociadas a la pandemia han reducido sus reservas de divisas.

“Aun así, está claro que Corea del Norte no es un país que pueda sobrevivir sin importaciones durante dos o tres años, de modo que está claro que intentarán aumentar las importaciones despacio dentro de un margen limitado», dijo Go Myong-hyun, analista del Asan Institute for Policy Studies en Seúl.

Por ahora, Corea del Norte ha rechazado millones de dosis de vacunas ofrecidas por el programa de distribución COVAX que apoya Naciones Unidas, lo que podría apuntar a recelos a aceptar observadores internacionales. Pero el país podría pedir ayuda a China y Rusia para vacunar a trabajadores, autoridades y tropas en zonas fronterizas conforme reanuda el comercio de forma gradual, indicó Hong Min, analista del Korea Institute for National Unification en Seúl.

Corea del Norte podría verse obligada a adoptar un programa reducido de vacunas restringido a zonas fronterizas, con pruebas periódicas e inmunización para trabajadores de frontera.

“Podrían hacer falta casi 100 millones de vacunas para vacunar por completo a la población norcoreano de más de 25 millones de personas y el país nunca podría acercarse a eso”, dijo Lim.

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