MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El cineasta Paco Plaza estrena su nueva película ‘La abuela’, cinta de terror protagonizada por Almudena Amor, tras una ola de contagios de coronavirus que obligó a principios de mes a aplazar la llegada de la cinta a las salas y que el realizador valenciano considera que convierten el día a día en «una yincana».
«Parece que estamos en el buscaminas», ha ironizado. «Da vértigo vivir, ya no solo estrenar una película: el ir a un bar o el ver a tu familia…es un tiempo incómodo para todos, no solo para el que hace cine, sino para quien tenga un restaurante o quien quiera viajar. Es el tiempo que nos ha tocado vivir y tenemos que atravesarlo y esperar que vengan tiempos mejores», ha señalado en una entrevista con Europa Press el director.
El realizador reconoce con humor que «nadie iba a esperar que el fin del mundo fuera tan aburrido» –«en realidad, nos extinguimos como especie haciendo bizcochos en casa», ha bromeado–, si bien no cree que de momento esta situación pandémica vaya a tener cabida en las ficciones audiovisuales.
«Es algo sobre lo que no queremos hacer hincapié, porque el cine y el arte te abren ventanas a otros mundos. Igual con el paso del tiempo sí, pero en el momento lo que necesitas es que te saquen y escapar de ahí», ha apuntado. No obstante, sí considera que la pandemia ha traído «un cambio de paradigma» al sector, que podría consolidarse en los próximos años.
«No lo entiendo como una amenaza al cine ni a las salas, aunque lo que sí ha habido es un auge brutal del consumo doméstico. Pero, al fin y al cabo, la gente sigue teniendo la necesidad de que le cuenten cosas, le emocionen, sea donde sea, y la experiencia del cine es insustituible: va a seguir existiendo», ha resaltado.
En ‘La abuela’, Plaza regresa al cine de terror apoyado en un guión de Carlos Vermut, esta vez para contar la historia de una joven modelo que tiene que volver a España para cuidar a su abuela, con movilidad muy reducida después de sufrir un ictus. Lo que en principio parece una historia de cuidados termina volviéndose un cuento gótico con una mirada desoladora de la relación entre juventud y vejez.
«La vejez en sí misma es aterradora, porque es la antesala de la muerte y porque suele ir aparejada a problemas físicos, enfermedad o decrepitud. Más que la vejez, el proceso de envejecer es aterrador, porque te das cuenta de que estas dejando de ser la persona que has sido», ha detallado Plaza.
LA VEJEZ ES EL DEMONIO
El cineasta considera «totalmente un fracaso como sociedad» delegar el cuidado de los mayores a otras personas. «Creo que se ha instaurado en nuestra sociedad la idea de que los ancianos estorban, que interrumpen nuestros quehaceres cotidianos y cuestionan nuestra manera de vivir», ha lamentado.
«Al fin y al cabo, creo que va muy aparejado al hecho de una forma de vivir hedonista y casi adolescente. Habla muy mal de nosotros el trato que damos a los ancianos», ha criticado Plaza, quien añade que su idea original fue la de «rodar una película de posesiones en la que el demonio es la vejez y hable de la satanización del paso del tiempo».
«Todos queremos ser jóvenes para siempre, pero estamos despilfarrando un caudal de experiencia y de sabiduría contenida en nuestros mayores, que tienen muchísimo que enseñarnos. Es una manera temorosa que tenemos de mirar el paso del tiempo», ha lamentado, ironizando con el rechazo de las personas a la muerte. «Hasta que Bill Gates no invente algo, nuestras células van a envejecer y morir».
TERROR COSTUMBRISTA
Plaza, que vuelve a las pantallas tras la historia de posesión en ‘Verónica’, no ve con tan malos ojos la etiqueta de ‘terror costumbrista’. «Me recuerda a Berlanga, Buñuel o Saura, directores que me han influido y son mis maestros: si mezclas eso con el terror, que es el cine que más me gusta, me parece una etiqueta óptima», ha afirmado.
Además, defiende un tipo de cine de terror alejado de tantos sustos al espectador. «La película más aterradora de la historia es ‘La semilla del diablo’ y no hay ningún susto. Es muy distinto el terror del susto, que me lleva mas a pensar en pirotecnia: el susto en el género de terror es como el ‘gag’ en la comedia, algo puntual», ha concluido.