El retraso en la concesión había generado especulaciones de malestar en España por la postura de López Obrador
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El Gobierno ha dado finalmente el plácet al nuevo embajador de México en Madrid después de que se hubiera especulado con que el retraso en el visto bueno por parte de Exteriores pudiera ser algún tipo de represalia por la postura crítica con España y con su pasado colonial que ha venido manteniendo el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
El ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, ha sido quien ha dado la noticia, publicando en Twitter la carta con la que el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha notificado a la Embajada mexicana en Madrid que «el Gobierno de España ha concedido su beneplácito a Quirino Ordaz».
Ebrard, que ha aclarado que ha compartido la noticia a petición del presidente mexicano, ha aprovechado para agradecer al titular de Exteriores, José Manuel Albares, «sus buenos oficios y simpatías por México».
En México se había visto con suspicacia el hecho de que la solicitud de plácet no hubiera recibido ya el visto bueno. López Obrador anunció en septiembre que el embajador en España sería Quirino Ordaz, gobernador en ese momento de Sinaloa y un destacado dirigente del PRI. No obstante, no fue hasta noviembre, una vez Ordaz había dejado el cargo, cuando se solicitó formalmente a España el plácet para el nuevo embajador.
En Exteriores se había asegurado que la solicitud se estaba «estudiando» y el propio Albares descartó la semana pasada que hubiera algún problema con la misma. Aunque no hay plazos fijados para la aceptación del plácet de un nuevo embajador por el país de destino, si bien por regla general en la práctica el trámite no suele demorarse más allá de unas pocas semanas.
Algunos medios habían venido especulando en las últimas semanas con que el retraso sería resultado de la política de confrontación que López Obrador ha mantenido con España desde su llegada al cargo.
El presidente mexicano se ha mostrado muy crítico con el legado colonial español, exigiendo en varias ocasiones que España se disculpe por ello. En este sentido, remitió al Rey Felipe VI una carta reclamando que «el Estado español admita su responsabilidad histórica» por las ofensas cometidas durante la conquista y «ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan».
El Gobierno ha minimizado en todo momento las críticas, que ha llegado a enmarcar en «los debates internos» del país azteca, pero también ha dejado claro que no se disculpará por el pasado. «México es un gran país, un país hermano, fundamental en la comunidad iberoamericana de naciones», sostuvo hace unos días Albares.