Dice que los ataques yihadistas se han multiplicado por ocho en la zona central de la región entre 2015 y 2021
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha alertado de que «las necesidades aumentan más rápido que la generosidad» en el Sahel ante el deterioro de la situación humanitaria y el repunte de los ataques, que se han multiplicado por ocho en la zona central de la región entre 2015 y 2021.
El secretario general de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha resaltado que «cerca de 15 millones de personas» en Malí, Níger y Burkina Faso necesitarán ayuda humanitaria en 2022, cuatro millones más que desde enero de 2021.
«Es un incremento extraordinario en sólo un año», ha manifestado Griffiths, quien ha resaltado que en 2022 «serán necesarios cerca de 2.000 millones de dólares (unos 1.790 millones de euros) para la respuesta humanitaria en estos tres países».
Así, ha explicado que «la confluencia del conflicto, el cambio climático, el aumento de la inestabilidad política, la falta de oportunidades de desarrollo sostenible y la pobreza están llevando a millones de personas a condiciones cada vez más desesperadas».
Griffiths ha manifestado que el aumento de los ataques entre 2015 y 2021 ha multiplicado por diez el número de víctimas mortales y ha provocado que «más de dos millones de personas se hayan visto desplazadas, incluido medio millón durante el último año».
«La inseguridad y los ataques socavan los ya débiles servicios sociales básicos. Más de 5.000 escuelas están cerradas o no están operativas, poniendo en peligro el futuro de cientos de miles de niños», ha lamentado.
«Muchos centros de salud no funcionan. El desplazamiento y la creciente inseguridad han afectado el acceso al agua y los servicios de higiene. Los sustentos se han visto comprometidos para millones de familias», ha enumerado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que esta combinación de factores, a la que hay que sumar la pandemia de coronavirus y el cambio climático, implica que «hay más gente proyectada en situación de inseguridad alimentar que en 2014».
«El número de personas que hacen frente a inseguridad alimentaria grave se ha triplicado en Malí y se ha duplicado en Níger en comparación con noviembre de 2020. Durante la temporada de escasez se espera que haya más de ocho millones de afectados», ha dicho.
En esta línea, ha explicado que la pandemia «ha exacerbado las existentes desigualdades de género en la región, con mujeres y niñas ante una creciente violencia de género». «Sabemos que los periodos de profunda escasez de alimentos hacen que las mujeres y las niñas sean más vulnerables y que es probable que recurran a estrategias negativas para hacer frente a la situación», ha argüido.
Por otra parte, ha destacado que «mientras crecen las necesidades, los trabajadores humanitarios hacen frente a crecientes dificultades en la respuesta. El Sahel central es uno de los lugares más peligrosos en el mundo para los trabajadores humanitarios».
«Un tercio de todos los secuestros de los trabajadores sanitarios en el mundo en 2020 tuvieron lugar Malí, Níger y Burkina Faso», ha manifestado Griffiths, quien ha destacado el trabajo de estas personas y ha ensalzado que las ONG han entregado ayuda a más de siete millones de personas en 2021.
Sin embargo, ha incidido en que para hacer frente a las crecientes necesidades es necesaria más ayuda internacional y ha señalado que el Sahel» es una región con un potencial enorme».
«Trabajando juntos los gobiernos, los pueblos del Sahel central, la ONU, las ONG y los generosos donantes, se puede revertir las tendencias que he descrito. Con más esfuerzos centrados en la resiliencia, las soluciones sostenibles y la cooperación entre los socios humanitarios y de desarrollo, además de esfuerzos de paz (…), podemos hacer progresos», ha zanjado.