MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Los activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifran ya en 332 los fallecidos durante los combates contra las fuerzas yihadistas recién expulsadas de la cárcel siria de Ghueiran, en la provincia de Hasaka, tras una semana de combates en lo que se ha considerado como uno de los mayores asaltos de Estado Islámico desde su derrota territorial en el país.
Las fuerzas de seguridad kurdas, encabezadas por las Fuerzas Democráticas Sirias o FDS anunciaron el miércoles la toma del control de la prisión de manos de Estado Islámico, que el 20 de enero lanzó un asalto con las instalaciones para intentar liberar a miles de reos.
Aunque el motín y el grueso de los combates han terminado, los kurdos están realizando operaciones de «limpieza» en los alrededores de la penitenciaría y buscando a los fugados. El saldo de fallecidos, de momento, es de 246 yihadistas, 79 miembros de las fuerzas de seguridad kurdas y siete civiles.
De hecho, esta misma mañana las FDS han anunciado nuevas detenciones de «asociados» de Estado Islámico en la localidad de Al Roz, al este de Deir ez Zor. Los kurdos también han protagonizado operaciones en las localidades de Al Sur, Tahat, Safiya, Saad y Maizila.
El asalto contra la prisión ha sido visto como una muestra del fortalecimiento del grupo yihadista, que durante los últimos meses ha incrementado sus ataques en partes de Irak y Siria.
Además, ha traído a la memoria la estrategia inicial de Estado Islámico con la operación ‘Rompiendo los Muros’ entre 2012 y 2013, que permitió liberar a muchos de sus líderes a través de una serie de fugas que reforzaron sus filas y permitieron una ofensiva relámpago en 2014 en Irak que posteriormente se expandió a Siria para conformar su ‘califato’, finalmente derrotado en marzo de 2019.