MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Exteriores de Reino Unido y Rusia, Liz Truss y Sergei Lavrov, han defendido este domingo en las televisiones de sus respectivos países sus posturas radicalmente diferentes sobre Ucrania a través de anuncios de futuras sanciones por la parte británica, mientras que el Kremlin ha avisado de que volverá a pedir explicaciones por escrito a la OTAN sobre el intento de Alianza de «arrastrar» a Kiev a su esfera de influencia.
En su comparecencia en Sky News, Truss ha anunciado que Reino Unido presentará la semana que viene una nueva y «ampliada» legislación sobre sanciones a Rusia por su acumulación de tropas en la frontera con Ucrania, que extenderá a «cualquier empresa de interés para el Kremlin».
«Ni los oligarcas de Putin ni las empresas que apuntalan al Estado ruso tendrán lugar donde esconderse. Rusia no lo va a tener fácil», ha asegurado Truss, quien ni siquiera descarta la incautación de propiedades rusas en territorio británico, sin abundar en más detalles.
«Lo más importante es defender la libertad y la democracia», ha apostillado Truss, quien consideró esta cuestión «más importante que las cuestiones financieras inmediatas».
Lavrov, por contra, ha vuelto a denunciar que la OTAN intenta «arrastrar» a Ucrania a su esfera de influencia y acusó a los países miembros de la Alianza Atlántica de «seguir moviendo cada vez más hacia el este su línea de defensa», en declaraciones al Canal 1 de la televisión rusa.
«Se han aproximado de lleno a Ucrania, país al que también quieren arrastrar dentro, aunque todo el mundo sabe que Ucrania no está preparada ni va a hacer aportación alguna a la seguridad de la OTAN», ha manifestado el ministro ruso.
El ministro recordó que desde la caída del Muro de Berlín hubo cinco olas de ampliación de la Alianza Atlántica, a pesar de que se acordó en el marco de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) que la seguridad es indivisible y que nadie debería reforzar su propia seguridad a expensas de los demás.
Así las cosas, Lavrov ha anunciado el envío este domingo de una «interpelación oficial por escrito a la OTAN y a la OSCE» para que «aclaren cómo intentan acatar su obligación de no potenciar la seguridad propia a expensas de los demás y, si no tienen esa intención, que expliquen por qué», ha manifestado Lavrov en declaraciones recogidas a su vez por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
Lavrov aprovechó para asegurar que Rusia busca una relación de igualdad y respeto mutuo con Estados Unidos y los demás países.
Al mismo tiempo ha comparecido el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, para desestimar una vez más en nombre de su país las acusaciones de que Moscú planea invadir Ucrania, que describió como «completamente absurdas», informó el servicio de noticias Interfax.
Rusia no quiere la guerra y quienes sugieren lo contrario persiguen «invenciones egoístas», ha declarado Patrushev en una ceremonia en San Petersburgo en memoria de las víctimas del asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial, o la Gran Guerra Patriótica, como es conocida en Rusia.
UCRANIA SIGUE PREPARADA PARA CUALQUIER ESCENARIO
También en las últimas horas ha vuelto a hablar el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien ha reiterado que su país sigue preparado «al máximo para cualquier escenario», aunque nuevamente indicó que la vía diplomática sigue completamente abierta.
«Tenemos muchos de estos escenarios y muchos de ellos son conocidos, por cierto, por sus países y los servicios especiales de sus Estados. No tenemos secretos para nuestros socios. Ellos ven que estamos preparando tanto como sea posible y hablando diariamente sobre la situación».
Este pasado viernes, Zelenski intentó restar tensión a la situación actual y pidió a sus socios internacionales, comenzando por Estados Unidos, que no inflamen tensiones porque el pánico reinante estaba deteriorando la economía ucraniana. El mandatario percibió cierto movimiento de tropas rusas en la frontera, pero no exageradamente mayor que el de ejercicios rusos ocurridos el año pasado.
«Creo que tanto los preparativos militares como las maniobras diplomáticas deben tener un carácter silencioso, y hay cosas que compartimos con privado en nuestros socios en caso de una posible escalada», según el presidente antes de apuntar que «estamos preparando ante un alto riesgo de amenazas, pero también entendemos la realidad en la que nos encontramos».