QUITO (AP) — Miles de residentes de comunidades indígenas ribereñas a los ríos Coca y Napo, en una zona amazónica al oriente de Ecuador, se han quedado sin acceso al agua y a la pesca debido a un derrame ocasionado por la rotura de un oleoducto privado, denunciaron el lunes grupos de indígenas y ambientalistas.
Al final de la tarde del viernes, una enorme roca partió uno de los dos oleoductos más importantes de Ecuador —el de Crudos Pesados— en una zona geológica inestable, ubicada a 100 kilómetros al este de la capital del país andino.
Aunque las autoridades y los directivos de la empresa del oleoducto no habían cuatificado los daños, grupos indígenas y ambientalistas aseguraron que el derrame era de gran tamaño y que en horas llegó al río Coca y más tarde al río Napo, afluente del río Amazonas, en una zona donde viven unas 27.000 personas pertenecientes a 105 comunidades indígenas.
La vocera de la organización ambientalista Acción Ecológica, Alexandra Almeida, en declaraciones a The Associated Press dijo que esos ríos “están contaminados con tóxicos y las comunidades no tienen acceso a la pesca para su alimentación, no pueden tomar agua para su comida, no pueden hacer uso de los ríos para rituales espirituales ni tampoco recreativos, como lo han hecho desde siempre, porque el agua lleva hidrocarburos y metales pesados”.
Destacó que las comunidades también están angustiadas “por las afectaciones que estos tóxicos les pueda ocasionar a la salud a mediano y largo plazo». También seguró que “no se ha visto ningún mecanismo de contención del derrame por parte de la empresa responsable”.
No es el primer percance de ese tipo. En abril del 2020, se produjo un hecho similar aunque de mayor magnitud, cuando la erosión regresiva de las laderas de los ríos de esa zona destruyó las tuberías que transportaban combustibles, así como los dos oleoductos más grandes del país —el de Crudos pesados y el estatal Transecuatoriano— que llevan petróleo desde los campos de producción de la Amazonia hasta el puerto de exportación del océano Pacífico.
La Confederación de Indígenas de la Amazonia publicó en su cuenta de Twitter fotos y vídeos mostrando —según ellos— infinidad de grumos negros viajando por los ríos Coca y Napo y acumulación de residuos negros en las orillas de ambos.
Señaló que la empresa propietaria de ese oleoducto “minimiza (el) alcance y gravedad del derrame del 28 de enero” y destacó que miles de personas dependen de los ríos “para el consumo diario de agua”.
El Ministerio de Ambiente afirmó en un comunicado que se han iniciado acciones legales y administrativas en función de las evidencias de afectación social y ambiental, que derivan en multas y las sanciones correspondientes, al tiempo de señalar que se ha iniciado la provisión de agua para las comunidades ribereñas, así como la remediación de los sitios afectados por trazas de hidrocarburos.
De su lado, Oleoducto de Crudos Pesados, en su último comunicad emitido el fin de semana, destacó que “ha dispuesto el uso de todos los recursos necesarios para garantizar la protección del medioambiente, evitar afectaciones sociales, y la reparación pronta y eficiente de la infraestructura”.
Esa tubería transporta unos 150.000 barriles diarios de crudo pesado y tiene una longitud de 485 kilómetros. En la zona donde se produjo el accidente se registra la erosión regresiva de las laderas aledañas a los ríos Coca y Napo, lo que ha ocasionado la destrucción en seis ocasiones de los dos más grandes oleoductos del país.