MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Un tribunal noruego ha rechazado este martes por unanimidad conceder la libertad condicional a Anders Behring Breivik, el terrorista que en julio de 2011 asesinó a 77 personas, quien a mediados de enero solicitó su liberación mientras realizaba el saludo nazi y proclamaba soflamas a favor del supremacismo blanco.
«Tal y como lo ve el tribunal, el acusado carece tanto del conocimiento sobre sí mismo como sobre a lo que deberá enfrentarse si es puesto en libertad», han explicado los jueces, para quienes la «condición psiquiátrica» de Breivik hace «evidente» que es un «riesgo» para la sociedad.
«Dado que su condición psiquiátrica no ha cambiado, existe un riesgo evidente de que puede volver a caer en la conducta que condujo a los ataques terroristas del 22 de julio de 2011», ha explicado el tribunal de Telemark, a unos 130 kilómetros al suroeste de Oslo, informa el diario noruego ‘Aftenposten’.
«El tribunal no tiene duda de que el acusado tiene todavía a día de hoy la capacidad para cometer nuevos delitos graves», por ello, concluye que el riesgo de violencia que representa es «real» y «el mismo que cuando se dictó la sentencia de prisión preventiva en agosto de 2012».
Por su parte, la defensa de Breivik ha anunciado que apelará el veredicto, tal y como ha hecho saber su abogado Oystein Storrvik al canal noruego TV2. Según ha declarado a este medio, están trabajando en demandar al Estado por las condiciones penitenciarias de su cliente, las cuales, ha asegurado, son contrarias a los Derechos Humanos.
Breivik, que se cambió el nombre a Fjotolf Hansen pero pide que se mantenga su identidad inicial durante los procedimientos judiciales, solicitó quedar en libertad apelando a una cláusula de la sentencia que abre la puerta a revisar su encarcelamiento después de diez años entre rejas.
Si bien en su última comparecencia intentó desmarcarse de comportamientos violentos, volvió a hacer gala de su extremismo, con un discurso plagado de referencias supremacistas acerca de un supuesto «genocidio» contra las «naciones balncas», llegando incluso a realizar en varias ocasiones el saludo nazi.
Breivik ya alegó en su día que con su ataque, el peor atentado terrorista de la historia de Noruega, quería proteger al país. Aquel 22 de julio de 2011, hizo detonar un coche bomba en un barrio de Oslo, provocando la muerte de ocho personas, posteriormente se dirigió a la isla de Utoya, donde cometió una masacre matando a 69 personas en un campamento de las juventudes del Partido Laborista noruego.