ROMA, 3 (EUROPA PRESS)
El Papa ha destacado que la rigidez es una «perversión» y ha pedido a la Iglesia que se aleje de actitudes que arrastran «por inercia» formas del pasado como una «repetición mecánica» y que se renueve ante la caída en las vocaciones.
«Abramos los ojos: el Espíritu Santo nos invita a renovar nuestra vida y nuestras comunidades a través de las crisis, de los números que escasean y de las fuerzas que disminuyen», subrayó el Pontífice este miércoles en la homilía que pronunció en la misa en la Basílica de San Pedro durante la fiesta de la Presentación del Señor. Se trata de un momento en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Por ello, el Papa se dirigió a los miembros de la vida consagrada para instarles a no desaprovechar «el presente mirando al pasado» y a tomar nota de los números de las personas que deciden entrar en el seminario o en el convento. «No podemos fingir no verlos y continuar como si nada, repitiendo las cosas de siempre, arrastrándonos por inercia en las formas del pasado, paralizados por el miedo a cambiar. Lo he dicho muchas veces, la tentación de ir hacia atrás, para conservar el carisma del fundador, la fundadora. La tentación de la rigidez. La rigidez es una perversión. Detrás de cada rigidez hay un problema», recordó.
Así, también señaló que hay gente «que está amargada por las quejas por las cosas que no van bien» en aires de «aparente superioridad» frente a lo que ha pedido «confianza y humildad».
El Papa invitó también a los religiosos a no concebir la vida consagrada «en términos de resultados, de metas y de éxito». Y alertó así de la tentación de moverse «en busca de notoriedad». «A veces, aun detrás de la apariencia de buenas obras, puede esconderse el virus del narcisismo o la obsesión de protagonismo», advirtió.
Del mismo modo, constató cómo para «el mundo» la vida consagrada es vista muchas veces como un «despilfarro». «‘Mira ese joven ser fraile, esa joven una monja es un despilfarro, al menos fuera feo, fea, un despilfarro’ como una realidad del pasado, inútil; pero nosotros, comunidad cristiana, religiosas y religiosos, ¿qué vemos? ¿Tenemos puesta la mirada en el pasado, nostálgicos de lo que ya no existe o somos capaces de una mirada de fe clarividente, proyectada hacia el interior y más allá?», inquirió Francisco.
Al concluir la celebración, el prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal João Braz de Aviz, dio cuenta de las muchas dificultades que atraviesa la vida consagrada, como la del abandono de varios religiosos, que han sido llamados por el Señor, pero que no han continuado a seguirlo. En este sentido, consideró que el camino sinodal, la escucha recíproca y de todo el pueblo de Dios, será una bendición y una alegría para caminar con alegría como miembros de una sola familia