BRUSELAS, 3 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Interior de la Unión Europea han acordado este jueves abordar por fases la reforma migratoria en un nuevo intento por desbloquear las negociaciones, para lo que empezarán en marzo discutiendo un reparto de la carga de acogida de los demandantes de asilo que llegan a la UE que estará condicionado a que los países de entrada, como España, se comprometan a reforzar el control y registro de las personas que llegan de manera irregular.
«Había que cambiar de método porque la estrategia de todo o nada se tradujo en ningún avance», ha argumentado el ministro de Interior francés y presidente de turno de la UE, Gérald Dalmanin, al término de una reunión informal de los titulares de Interior de los Veintisiete celebrada en Lille (Francia).
Dalmanin ha celebrado como una «victoria» el respaldo de los ministros a cambiar el método de negociación, una revisión de la estrategia que países en primera línea como España se resistían a conceder para evitar la fragmentación del Pacto sobre Migración y que algunas de sus reivindicaciones quedaran relegadas.
Finalmente, los Veintisiete han optado por una negociación en tres etapas que concluirán, cada una de ellas, con una evaluación final para determinar si se están cumpliendo los compromisos acordados antes de dar el paso a la siguiente fase, aunque no se han previsto por el momento plazos para tales evaluaciones.
Francia planteó este modo de negociación con el objetivo de que el avance gradual ayude a que los Estados miembro, muy divididos en cuestión migratoria, recuperen la confianza unos en otros a medida que se compruebe que los socios van asumiendo «compromisos equivalentes».
De este modo, Francia, que conducirá las negociaciones en tanto que presidencia de turno, quiere que en la próxima reunión de marzo los ministros puedan concretar las condiciones del equilibrio entre «responsabilidad» y «solidaridad obligatoria», tras constatar que hay «un gran número de países» dispuestos a participar en un mecanismo de reparto de acogida de demandantes de asilo.
El ministro francés ha querido recalcar que la solidaridad será en todo caso «obligatoria» aunque dejará a cada Estado miembro el poder de decidir si quiere ayudar acogiendo demandantes de asilo en su territorio o decide aportar un «apoyo financiero obligatorio» para evitar participar en el sistema de reubicación.
A cambio de esta «solidaridad» con los países socio bajo mayor presión migratoria se exigirá a estos que refuercen el control de la frontera exterior y registren a cada migrante irregular llegado a su territorio, para identificarle y cotejar datos de seguridad. Esta obligación causa recelo entre los países en primera línea de entrada a la UE, caso de España, por las dificultades de identificación y registro y porque implica retener a estas personas en la zona de entrada mientras se resuelve el proceso.
En esta primera fase de negociación esbozada por los ministros en Lille y que deberá concretarse en marzo, por ejemplo respecto a cómo fijar las cuotas de acogida o qué nivel de control exigir en los registros, también se abordará la dimensión externa que apuesta por reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito de la migración, tanto para frenar la salida por vías ilegales como para facilitar los retornos de quienes ven rechazada su petición de asilo.
Además de esta cuestión, los ministros también han dado luz verde a la celebración el próximo 3 de marzo de un Consejo de ministros del área Schengen, una iniciativa presentada también por Francia con la ambición de que este formato se reúna de manera regular para darle a la gestión del espacio sin fronteras Schengen una dimensión «más política» en manos de los Estados miembro.