MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El jefe del Comando Central de Estados Unidos, el general Frank McKenzie, ha matizado este viernes que el ataque de agosto de 2021 que acabó con la vida de más de 180 personas, entre ellas trece soldados estadounidenses, en las cercanías del aeropuerto de Kabul no fue tan «complejo» como se pensó en un principio.
Las conclusiones provienen de una última investigación llevada a cabo por el Pentágono, y que McKenzie ha compartido este viernes en una rueda de prensa en la que ha señalado que aquellas muertes fueron fruto de una sola bomba.
«La investigación muestra que hubo un solo dispositivo explosivo (…) que fue dirigido hacia la alborotada multitud», ha dicho McKenzie, quien ha explicado que en un primer momento el Pentágono creía que el ataque había sido más «complejo».
«En ese momento, la mejor información de que la disponíamos inmediatamente después del atentado indicaba que fue un ataque complejo llevado a cabo no solo por el suicida, sino también por otros hombres armados de ISKP» (Estado Islámico Provincia Jorasán), ha expuesto.
«Ahora sabemos que los rodamientos de bolas disparados de manera explosiva causaron heridas que parecían disparos y que cuando se combinaron con una pequeña cantidad de tiros de advertencia, muchos supusieron que se había producido un ataque complejo», ha ahondado McKenzie
En ese sentido, McKenzie ha explicado que la investigación no ha encontrado pruebas de que ninguna de las víctimas, entre ellas 170 civiles afganos que se afanaban por conseguir una plaza en uno de los aviones de evacuación, murió a causa de recibir ningún disparo, informa la cadena CNN.
«Este fue un ataque terrible que tuvo un resultado trágico y una horrible pérdida de vidas», ha lamentado McKenzie, que ha querido también poner de relieve el «heroico» papel durante aquellos caóticos momentos de los servicios médicos, que «salvaron todas las vidas que pudieron».
Aquel ataque se produjo el 31 de agosto en plena operación de evacuación de ciudadanos extranjeros y civiles afganos tras la llegada días antes de los talibán a Kabul, donde entraron sin oposición de las fuerzas de seguridad afganas. La autoría fue reivindicada por ISKP, filial de Estado Islámico en Afganistán.