MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Chile anunció este jueves una serie de medidas para hacer frente a la migración en regiones del norte del país, a lo que el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, una de las poblaciones afectadas, ha criticado que estas decisiones «llegan tarde».
«Este (la migración) no es un problema que solamente pasa y que tiene que responder el Gobierno a través del Ministerio del Interior, también tiene que responderlo a través del Ministerio de Exteriores», ha afeado Espíndola.
Además, en declaraciones a la emisora AND, el edil ha remarcado que el liderazgo de las autoridades chilenas en materia internacional «ha sido nulo», teniendo en cuenta que la migración es «un problema que está afectado a todo el continente».
Bien es cierto que el Gobierno chileno anunció la puesta en marcha de una mesa de diálogo con Bolivia para abordar este asunto, sin embargo, el alcalde de Arica considera que es necesaria la coordinación de «todos los países que están en el paso», incluyendo así a Perú, Colombia y también Ecuador.
«Cualquier acción que permita sentarse al Gobierno de Chile con el Gobierno de Bolivia, lo aplaudo», ha aclarado el alcalde, quien sin embargo ha afirmado que las medidas anunciadas «llegan tarde» y que el anuncio «dio vergüenza».
Respecto al refuerzo militar de las fronteras, el líder local considera la propuesta como «insuficiente» pero que «por lo menos marca un precedente de proteger algunos puntos que ya están identificados».
«El problema que tiene Arica principalmente es la frontera, es que estamos en el límite del país y esa frontera hoy lamentablemente no está en manos del Estado, sino que está en manos de las mafias de traficantes de personas y eso es lo que nos complica como ciudad», ha señalado Espíndola.
«No solamente la frontera se fortalece con más personal, la frontera hay que fortalecerla también con tecnología e inteligencia», ha zanjado.
El Gobierno de Chile anunció este jueves una serie de acciones, en colaboración con organismos internacionales y países donantes de cooperación internacional, con el fin de «facilitar la entrega de ayuda humanitaria» en las ciudades de Arica, Iquique y Cochane.
Se emplearán fondos donados por la Unión Europea a la atención sanitaria en la población de Arica, una labor que recaerá en manos de la Cruz Roja chilena, a la par que se implementará el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos (RMRP) y se abogará por un «diálogo de alto nivel» entre las autoridades chilenas y Naciones Unidas.
El norte de Chile es escenario de un malestar social derivado de la situación migratoria, que ha desembocado en manifestaciones y bloqueos. En algunas de estas protestas incluso se ha llegado a notificar agresiones a migrantes venezolanos.