MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
La primera cumbre presencial de la Unión Africana desde el inicio de la pandemia de coronavirus ha arrancado este sábado en la capital de Etiopía, Adís Abeba, con una petición de los estados miembros del organismo para recibir «no menos de dos asientos permanentes» en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El encuentro se centrará en una variedad de temas que abarcan desde la ola de golpes de Estado de los últimos meses a las luchas contra el yihadismo, la pandemia, el cambio climático y los conflictos intercomunitarios como el que ocurre en la región etíope de Tigray
Precisamente el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anfitrión de la cumbre, abrió las conversaciones con un llamado para que África tenga más voz en el órgano ejecutivo de la ONU.
«Hoy, más de siete décadas después de la creación de Naciones Unidas, África sigue siendo un socio menor sin un aporte o papel significativo dentro del sistema de gobierno internacional», ha lamentado Abiy.
«Es el momento adecuado para reformar y revitalizar el sistema de Naciones Unidas para reflejar las realidades mundiales actuales y asegurar que sea un órgano más representativo y equitativo. Sólo representación justa y transparencia en esas instituciones puede marcar el comienzo de una era más justa de multilateralismo», ha declarado el primer ministro en su discurso de inauguración.
Por ello, y de acuerdo con el llamado Consenso de Ezulwini de 2005, «deberíamos insistir colectivamente en que África solicite no menos de dos asientos permanentes y cinco no permanentes en el Consejo de Seguridad».
Solo cinco países — Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia — tienen un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Los otros diez miembros se alternan cada dos años.
También el secretario general de la ONU, António Guterres, ha enviado un mensaje a la cumbre de la UA en el que renueva su llamamiento a un alto el fuego en Etiopía y a que las partes en conflicto permitan la entrada de ayuda humanitaria.
Otra gran preocupación fue el estallido de golpes de Estado que han golpeado a gobiernos en África, incluidos Burkina Faso, Chad, Sudán y Guinea. Esta semana se intentó un golpe de estado en Guinea Bissau, que acabó fracasando, en una tendencia que el presidente de la Comisión de la Unión Africana, el diplomático chadiano Musa Faki Mahamat, ha descrito directamente como un «desastre».