MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, Gabriel Rufián, ha confirmado este sábado su disposición a seguir hablando y dialogando con el Gobierno en el futuro tras el «rasguño» que dice que ha supuesto la negociación de la reforma laboral. Eso sí, avisa de que a Esquerra «se la respeta y, sobre todo, no se la amenaza».
En declaraciones al programa ‘Parlamento’ de RNE, recogidas por Europa Press, Rufián ha admitido que siempre «hay rasguños» cuando se sale de una negociación que «no sale bien», como ha sido la de la reforma laboral, que el Gobierno ha conseguido convalidar con fuerzas distintas a las del bloque de la investidura, pero ha recalcado que la posición de su partido «no es la inexplicable», sino la del Gobierno y, particularmente, la de Unidas Podemos.
En este punto, el independentista catalán ha recalcado que no tiene «ningún tipo de problema» con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pese al cruce de acusaciones que se lanzaron en el Congreso durante el debate para la convalidación de la reforma laboral. De hecho, piensa que Díaz representa un espacio político «al que le tiene que ir bien».
Ahora bien, ha querido dejar claro que en la negociación de esa reforma laboral no ha habido «ningún tipo de cálculo ni connotación personal» pese a que en ERC son conscientes de cómo va a ser el relato de los hechos teniendo en cuenta que Díaz es una figura «con protección mediática».
HAY SILENCIOS EN PODEMOS QUE SON «PARADIGMÁTICOS»
Con todo, cree que en el medio y largo plazo la foto con los partidos «del lado de la derecha» será «fea» y difícil de explicar, pero no para ERC, que no podía estar en este «retoque» de la reforma laboral si no se iba más allá. Una posición que dice que el PSOE entendió «enseguida», pero no el Ministerio de Trabajo, donde asegura que costó «un poco más».
Preguntado sobre si cree que a Unidas Podemos le gusta la reforma, Rufián ha respondido que «hay silencios en ese mundo que son paradigmáticos», y aunque entiende que la política supone «cabalgar las incoherencias», recalca que éstas tienen que ser «asumibles».
El responsable de ERC en Madrid ha confesado que a su partido le ha presionado «todo el mundo» e incluso «amenazado», pero ha evitado entrar en detalles. Sólo se ha limitado a comentar que «han pasado cosas que se podían haber evitado».
Pese a todo, ha pedido «desdramatizar» cuando se le ha preguntado si se ha roto algo en la relación con el Gobierno a propósito de cuál ha sido el resultado de esta última negociación. «Hay que hablar y dialogar, por nosotros no será, pero a ERC se le respeta, y sobre todo, no se le amenaza», ha manifestado.