John Bell, científico que formó parte de los trabajos para desarrollar la vacuna de AstraZeneca, aseguró que los dichos de políticos y algunos colegas especialistas en referencia al preparado fueron capaces de matar a miles de personas en el mundo.
En declaraciones a BBC Two, que recoge The Guardian, se refirió a un daño a la reputación del biológico de AstraZeneca por parte de las diferentes voces que la descalificaron ante el surgimiento de coágulos en sangre como uno de sus efectos secundarios en un escaso porcentaje de los vacunados.
“Creo que el mal comportamiento de los científicos y de los políticos probablemente haya matado a cientos de miles de personas, y no pueden estar orgullosos de eso”, dijo.
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Pese a que la vacuna fue una de las primeras en ponerse a disposición de los países, a un bajo costo, generó temor debido a los reportes de las reacciones adversas, sobre todo en la población más joven, lo que llevó a algunos países a imponer límites de edad en la aplicación del biológico contra el Covid-19.
Francia y Alemania fueron dos de las naciones que dudaron de la efectividad en personas por encima de los 60 años y elevaron su preocupación ante la presencia de efectos secundarios en menores de 40 o 30 años.
“Han dañado la reputación de la vacuna de una manera que repercute en el resto del mundo”, puntualizó Bell.
Ahora, la vacuna de AstraZeneca presenta una baja aceptación en toda Europa y en Reino Unido, algo que afecta su uso como vacuna de refuerzo y la coloca por debajo de otras opciones como el preparado de Pfizer o Moderna, las dos que implementan la tecnología del ARNm y han sido valoradas por poseer una mayor efectividad.
En México, el gobierno impuso como refuerzo general la vacuna de AstraZeneca en la política nacional de vacunación, la cual se ha aplicado sin distinción de grupos de edad en el país.