MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El presidente del Congreso de Honduras, Jorge Cálix, ha acordado dar un paso al lado y renunciar al cargo en favor de la otra Presidencia liderada por Luis Redondo, a la par que el partido Libre deberá reincorporar a los 17 diputados expulsados tras saltarse la disciplina de voto y no apoyar la propuesta de la formación para presidir la cámara.
El expresidente de Honduras y actual líder del partido Libre, Manuel Zelaya, se ha reunido este lunes con Cálix en un nuevo intento por atajar la crisis política surgida después de que algunos diputados de esta formación se negaran a cumplir con uno de los acuerdos alcanzados por la presidenta, Xiomara Castro, en campaña electoral.
Así pues, tras este encuentro, Zelaya y Cálix han puesto en común su visión sobre la actualidad política hondureña y han negociado esta propuesta, si bien es cierto que el expresidente, a la salida de la reunión, ha remarcado ante los medios de comunicación que el acuerdo «está planteado, no firmado».
Previamente, Zelaya había publicado en sus redes sociales un mensaje en el que confirmaba la convocatoria de reunión para abordar una «posible solución y reconocimiento a la directiva del Congreso Nacional». Por su parte, Cálix remarcó su oposición al «odio» y la «división» de las últimas fechas en Honduras.
El encuentro entre ambos se ha dado después de que el diputado por Libre Juan Barahona confirmara el domingo que está previsto que los diputados díscolos se unan a las sesiones del Congreso convocada por Luis Redondo, el candidato que en campaña electoral acordó la formación con el Partido Salvador de Honduras (PSH).
El esperanzador triunfo en las presidenciales de Xiomara Castro, primera mujer en la historia del Honduras en dirigir el país, se ha visto empañado por la crisis política que se ha instaurado en el Congreso desde hace varias semanas, cuando fue inaugurado en una bronca sesión en la que algunos diputados llegaron a las manos.
En aquella sesión cerca de una veintena de diputados de Libre votaron junto a la oposición por la investidura de Jorge Cálix como presidente del Parlamento, rompiendo así con el acuerdo que la formación había alcanzado en campaña electoral con el Partido Salvador de Honduras (PSH) para que el cargo fuera ocupado por Luis Redondo.
Esta decisión ha provocado una crisis política dentro de un país que arrastra desde los últimos años uno de sus peores momentos económicos y sociales, así como un alarmante clima de inseguridad, en especial por la intrusión del narcotráfico y la corrupción en las instituciones del Estado tras la «dictadura» de Juan Orlando Hernández, tal y como han denunciado desde el Gobierno de Castro.