MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El juez de la Audiencia Nacional encargado de la instrucción de ‘Titella’ ha aplazado la declaración del empresario argentino Alejandro Roemmers, el socio del productor televisivo José Luis Moreno que habría sido presuntamente estafado por el propio ventrílocuo en la realización de la serie ‘Glow & Darkness’, al próximo 9 de marzo.
Fuentes jurídicas han confirmado a Europa Press que la testifical de Roemmers, que debía celebrarse este miércoles a partir de las 10.00 horas, ha tenido que ser pospuesta debido a que el empresario no se encuentra en España.
Inicialmente, el titular del Juzgado Central de Instrucción Numero 2, Ismael Moreno, rechazó la petición de aplazamiento de Roemmers, que se escudó en que se encontraba en Uruguay y tenía «que intervenir en un evento» en el que había «convocadas y confirmadas 300 personas».
En este contexto, y ante la «imposibilidad de asistir a la declaración en la fecha señalada», Roemmers se ofrecía a «prestar declaración mediante videoconferencia en la semana del 21 al 28 de febrero preferiblemente a partir de las 16 horas (hora española) por la diferencia horaria con Miami», donde estaría esos días.
Con todo, el juez dejó claro en un auto posterior que no era posible la «suspensión del señalamiento» al no «existir causa justificada».
ROEMMERS FIGURA COMO PERJUDICADO EN LA CAUSA
Así las cosas, el magistrado tendrá que esperar para escuchar el testimonio de Roemmers, que figura como perjudicado en la causa después de que invirtiera más de 30 millones de euros para la producción de la serie que no habría llegado a término. En un comunicado emitido el pasado mes de agosto, su defensa explicaba que Roemmers se personó para conocer la realidad de ‘Glow & Darkness’, «su calidad, su coste, y qué falta» por realizar.
Dado que había realizado con éxito el musical ‘Franciscus’ en 2016, y tras llevarlo a España de la mano de Moreno en 2018, Roemmers explicó en un comunicado que decidió constituir junto al famoso ventrílocuo en 2018 una empresa conjunta –Dreamlight International Productions– «financiada íntegramente» por Roemmers a través de su sociedad Franciscus Productions.
El objetivo era realizar «una gran serie internacional» sobre la figura de Francisco de Asís y su época histórica. Tal y como explicó Roemmers, la producción de la serie fue avanzando siempre «aunque con importantes demoras y sobrecostes» que él fue financiando porque quería llevar a buen término la serie y proceder a su comercialización y difusión.
Habría sido a raíz de la investigación policial en el caso ‘Titella’ y de las conversaciones intervenidas en el curso de las pesquisas por presunta defraudación a entidades bancarias, cuando Roemmers supo que «podría estar siendo estafado mediante la emisión de facturas ficticias que no respondían a gasto alguno o eran infladas arbitrariamente para desviar los fondos entregados (…) para la realización de la serie».
LA DECLARACIÓN DE CZEHMESTER
El aplazamiento de la testifical de Roemmers se produce unas horas después de la declaración ante el juez del examigo íntimo de Moreno, Martin Czehmester, que ha negado ante el juez la venta de una casa en Praga –que fue adquirida por la sociedad YOUMORE TV– o que participase en el supuesto blanqueo de capitales que los investigadores atribuyen a las empresas del ventrílocuo.
El plato fuerte de ‘Titella’ llegará la próxima semana, concretamente a partir del jueves 17 de febrero, cuando el juez escuche a uno de los principales investigados: el propio José Luis Moreno.
El ventrílocuo, acusado de estafa, blanqueo, asociación ilícita, falsificación de documentos, insolvencia punible y delitos contra la Hacienda Pública, está en libertad condicional, con la obligación de comparecer semanalmente en un juzgado, retirada de pasaporte y prohibición de salir del país. El pasado 8 de julio depositó un aval hipotecario para cubrir la fianza de 3 millones de euros que le exigió el juez.
MORENO, LA TARJETA DE VISITA
Los investigadores dividen la presunta trama en dos organizaciones: una liderada por Moreno, Antonio Aguilera y Antonio Salazar, dedicada desde 2017 al «fraude y estafa a entidades bancarias e inversores privados», «a la falsificación de efectos bancarios como cheques y pagarés» y al «blanqueo de capitales»; y otra, encabezada por Carlos Brambilla, presunto narcotraficante que se habría valido de dicha estructura para blanquear el dinero.
Según el relato judicial, Moreno y Aguilera serían los «máximos responsables» y Salazar, el tercero en acción. Cada uno tendría una función. El productor, «como persona pública muy reconocida, prestaría su nombre como tarjeta de visita» a fin de conseguir fácilmente la financiación que fingirían necesitar para poner en marcha un proyecto cinematográfico. Por tanto, «era el principal receptor de los fondos obtenidos».
Ese dinero pasaría entonces a manos de Aguilera y Salazar. Los dos tendrían «amplios conocimientos en operativa bancaria y mercantil», por lo que se ocuparían de crear las sociedades, «maquillarlas», poner administradores y presentarlas ante las entidades bancarias como los destinatarios de la financiación necesaria para dichos proyectos. En realidad, carecerían de actividad alguna.
Mediante esta red de «empresas pantalla» administradas por presuntos testaferros ambas organizaciones moverían «grandes cantidades de dinero en efectivo» a las que intentaban dar salida con ingresos que hacían pasar por beneficios de su labor mercantil o con inyecciones en metálico para lo que contarían con la complicidad de empleados de banca que se llevarían su comisión a cambio de introductor este dinero en el circuito legal.