«Si sigo jugando al tenis es porque he tolerado el éxito y el fracaso de una manera similar»
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El tenista español Rafa Nadal ha asegurado que es «importante convivir con la imperfección», ya que no aspira a convertirse «en un robot» ni en renunciar a «algo de arte y de fantasía», además de desvelar que una de las razones fundamentales de que siga jugando al tenis es que ha aprendido a tolerar «el éxito y el fracaso de una manera similar».
«Es importante convivir con la imperfección, aceptar que las cosas no siempre van a ser perfectas. A partir de ese principio básico, uno acepta mejor los retos, los errores y los fracasos. Mucha gente se toma los fracasos muy a la torera, los toleran mal. Cuando uno se esfuerza para conseguir un objetivo, para mí nunca será un fracaso, será un objetivo no cumplido», declaró durante el evento ‘Lo importante, la salud’, organizado por Cantabria Labs en la Rafa Nadal Academy by Movistar.
Durante el coloquio, el balear, ganador de 21 títulos de ‘Grand Slam’ reconoció que «hay mañanas en las que a todos nos cuesta más ir a trabajar, porque hemos tenido una noche mala o te levantas más cansado», pero que lo fundamental es la actitud. «¿Si el peligro real es el aburrimiento o el fracaso? Normalmente, la gente que triunfa y que tiene una continuidad en el éxito es porque tiene la actitud necesaria para ir a trabajar, una predisposición adecuada. Es evidente que no todos los días de tu vida vas a dar tu máximo; hay días que tu cuerpo te permite dar el 100% y hay otros en los que te permite dar el 80%; los días que te permite dar el 60%, tienes que dar el 60%, no el 20%», manifestó.
«Es importante tener la humildad interna real, no la falsa humildad, para aceptar que las cosas no siempre van bien; uno tolera mejor los momentos malos. Una de las claves de que a día de hoy siga jugando al tenis es que he tolerado el éxito y el fracaso de una manera similar. Ni nada es tan fantástico ni nada es tan nefasto; hay momentos buenos y malos. A nivel emocional hay que mantener una línea intermedia», apuntó.
En este sentido, confesó que «no» le gusta en exceso «la palabra ‘fracaso'». «El fracaso es no intentarlo. Si yo me voy a jugar el Abierto de Australia y pierdo en primera ronda pero me he esforzado y he tenido la actitud adecuada en la preparación, he perdido, simplemente. En todos los torneos, la mitad de los jugadores pierden en primera ronda», expresó.
Sobre su concentración en pista, el de Manacor cree que cada uno debe encontrar su propia forma de lograrlo y que «no hay una forma absoluta» de hacerlo. «Yo soy de la creencia de que cuantas menos cosas extrañas necesites hacer para concentrarte, mejor. Y te lo dice uno que cuando juega tiene unos rituales especialmente marcados… Me gustaría mucho más no hacerlos», desveló.
«Que no suene a excusa, pero el tenis es un deporte agresivo mentalmente, te exige en todo momento; los mínimos errores te mandan para casa. Uno tiene que encontrar la manera de estar centrado al 100%, sin que cosas externas le puedan distraer. Yo lo he conseguido haciendo todas estas cosas que hago, aunque a veces no lo hago. Por norma general, soy una persona concentrada e intensa. No sé si es positivo o negativo, pero a mí me funciona tener unos rituales. Cuando entreno no tengo ningún ritual, pero compitiendo me da esa seguridad y ese aislamiento», añadió.
También habló de sus cuidados como deportista y desveló que siempre ha sido «una persona muy poco metódica». «Era un desastre en nutrición hasta hace unos diez años, después empecé a trabajar con nutricionistas», manifestó.
«No he sido una persona obsesiva en el cuidado general, pero sí he sido muy constante en la intensidad en el trabajo. Normalmente me esfuerzo al máximo y con una actitud que me ha llevado a donde me ha llevado. Tengo muy claro que con los años, todas esas cosas que hacía con 18 o 20 años, cuando la adrenalina me salía por los poros, no se pueden hacer tanto y uno necesita cuidarse. La alimentación, los periodos de descanso… He tenido que ir exigiéndome a mí mismo, ha sido un esfuerzo. No creo en la perfección ni en convertirme en un robot, tiene que haber algo de arte y de fantasía», subrayó.
Por último, Nadal aseguró que todo lo que ha hecho en la vida nunca ha sido por obligación. «No considero que haya hecho muchos sacrificios. Lo que he hecho ha sido porque he querido, no ha sido una obligación», dijo. «Hay cosas intangibles que uno necesita para tener felicidad. Uno tiene que combinar la salud con placeres que le permitan desarrollar su actividad profesional con ilusión», concluyó.