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Secretario británico de Defensa visita Moscú ante tensiones

Soldados ucranianos, a bordo de un camión en una carretera enlodada durante maniobras en la región de Donetsk, en el este del país, el 10 de febrero de 2022. (AP Foto/Vadim Ghirda) Soldados ucranianos, a bordo de un camión en una carretera enlodada durante maniobras en la región de Donetsk, en el este del país, el 10 de febrero de 2022. (AP Foto/Vadim Ghirda) (VADIM GHIRDA/AP)

MOSCÚ (AP) — El secretario de Defensa de Gran Bretaña visitó Moscú el viernes para conversaciones que buscan rebajar las tensiones coincidiendo con unas maniobras militares masivas rusas cerca de Ucrania.

El viaje de Ben Wallace a la capital rusa se produce un día después del de la secretaria de Exteriores, Liz Truss, quien instó a Rusia a retirar los más de 100.000 soldados que acumula cerca de la frontera ucraniana y le advirtió que atacar al país vecino tendría “enormes consecuencias y acarrearía graves costos».

Rusia sostiene que no tiene planes para entrar en Ucrania, pero quiere que Occidente deje al país vecino y a otras exrepúblicas soviéticas fuera de la OTAN. Moscú pide además que la alianza no despliegue armas allí y que retire a sus efectivos de Europa del Este, demandas rechazadas de plano por Occidente.

En una entrevista con la televisora NBC News el jueves, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, repitió su advertencia a los estadounidenses que siguen en Ucrania para que se marchen de inmediato.

“No estamos tratando con una organización terrorista. Estamos tratando con uno de los ejércitos más grandes del mundo. Es una situación muy diferente y las cosas podrían descontrolarse rápidamente», apuntó.

Preguntado por si habría algún escenario en el que enviaría tropas para rescatar a compatriotas, Biden dijo: “No lo hay. Cuando los estadounidenses y rusos comienzan a dispararse los unos a los otros es una guerra mundial”.

En medio de las crecientes tensiones, el primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió el jueves que la crisis ucraniana se ha convertido en “el momento más peligroso” para Europa en las últimas décadas.

La OTAN ha reforzado su despliegue militar para reforzar su flanco oriental con el envío de soldados estadounidenses a Polonia y Rumanía.

El despliegue ruso a las puertas de Ucrania incluye la presencia de efectivos en Bielorrusia, aliado de Moscú, para unas enormes maniobras conjuntas con munición real. Éstas entraron en una fase decisiva el jueves, que se continuará hasta el 20 de febrero. La capital de Ucrania, Kiev, está a unos 75 kilómetros (47 millas) al sur de la frontera bielorrusa.

En un paso más para movilizar a sus tropas, Rusia envió seis buques anfibios de asalto al Mar Negro que aumentan su capacidad de desembarcar marinos en la costa.

Moscú ha anunciado amplios ejercicios en los mares Negro y de Azov en los próximos días y cerró amplias zonas a la navegación comercial, lo que provocó una fuerte protesta de Kiev el jueves.

Rusia y Ucrania están inmersas en un amargo conflicto desde 2014, cuando su presidente, afín al Kremlin, fue derrocado tras protestas populares. Moscú respondió anexionándose la península de Crimea y respaldando a la insurgencia separatista en el este, donde los combates han dejado más de 14.000 muertos.

El alto el fuego de 2015, mediado por Francia y Alemania, ayudó a frenar los combates a gran escala, pero las escaramuzas han continuado y los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político están estancados. Asesores de política exterior de los cuatro países mantuvieron una reunión de casi nueve horas en Berlín el jueves para tratar de revivir el pacto, pero no lograron avances.

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