MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha cargado este domingo contra Rusia y China por intentar convertir el sistema multilateral surgido tras la Segunda Guerra Mundial en un sistema multipolar y relativista dominada por potencias como Pekín y Moscú, a las que ha comparado con la dictadura franquista.
«Hablemos de ‘democracia auténtica’. Al añadir adjetivos calificativos nos recuerda a la época soviética, cuando los regímenes comunistas hablaban de ‘democracia popular’ o a la ‘democrácia orgánica’ de la España de Franco», ha afirmado Borrell durante su intervención ante la Conferencia de Seguridad de Múnich.
«Treinta años después del final de la Guerra Fría afrontamos un intento de redefinir los principios fundamentales del orden multilateral», ha apuntado.
«El resultado de esta guerra determinará si sobrevive el sistema multilateral de posguerra, centrado en la ONU, el Derecho Internacional y los derechos universales. O si será reemplazado por un orden multipolar basado en el poder, con zonas de influencia y un enfoque relativista de los derechos humanos», ha advertido.
Ante estas propuestas, Borrel ha propuesto «evitar parecer estar a la defensiva o mirando hacia atrás». «De hecho, son Rusia y China los que quieren volver atrás, al siglo XIX, a la lucha entre imperios, y Rusia y China son cada vez más asertivos y desean restaurar los viejos imperios que han sido en el pasado», ha añadido.
Borrell ha abordado el concepto de la «batalla de narrativas» y se ha referido a la declaración conjunta ruso-china del 4 de febrero, «culminación de una larga campaña». «Es un acto de desafío. Está claro: es un manifiesto revisionista. Un manifiesto para revisar el orden mundial», ha advertido.
Por ello, Borrell pide «leerlo con atención». «Una de las frases más impactantes dice que ‘Rusia y China se enfrentarán a los intentos de fuerzas externas de socavar la seguridad y estabilidad en sus regiones comunes adyacentes'», ha destacado Borrell, y en ese sentido Rusia y China han expresado su rechazo a las «revoluciones de colores».
«Creo que no se trata de un debate semántico, sino político. Vemos a diario cómo en las organizaciones multilaterales hay una batalla sobre la universalidad de los derechos humanos. Las potencias autoritarias –no solo Rusia y China– quieren relativizar la noción de derechos individuales sometiéndolos a limitaciones locales y culturales», ha indicado.
Todo ello «implicaría acabar con todos los avances logrados en los últimos 75 años». «Por eso debemos resistir este intento revisionista ruso-chino para redefinir los conceptos. Dicho resumidamente, sí, debemos hablar el lenguaje del poder como ya he dicho en otras ocasiones, pero también ser conscientes del poder del lenguaje», ha remachado.