ST. PETERSBURG, Florida, EE.UU. (AP) — Las estrellas de la IndyCar abarrotaron recientemente el Indianapolis Motor Speedway para celebrar el inicio de una nueva temporada del serial estadounidense, una que consolide su jerarquía y expanda su popularidad.
La fiesta que marca el conteo regresivo de 100 días para las 500 millas de Indianápolis coincidió con las gestiones de Michael Andretti por adquirir un equipo de la Fórmula Uno. Mike Andretti, campeón de la F1 en 1978, publicó que Andretti Global había aplicado para lanzar un equipo de expansión en 2024. La noticia puso sobre relieve el dilema de la IndyCar.
La IndyCar resistió a la pandemia con Roger Penske, quien tuvo la mala fortuna de adquirir la serie y al Indianapolis Motor Speedway antes que todo fuera paralizado. A pesar de los retos, Penske afronta su tercera temporada con buenas sensaciones.
El auge de la IndyCar se puede atribuir a una serie de jóvenes estrellas —un mexicano, un catalán y un californiano que ganaron carreras y cautivaron a nuevos aficionados. El serial se ha convertido en un destino apetecible para los mejores pilotos en todo el mundo, pero varias de las jóvenes estrellas siguen soñando con dar el salto a la F1.
Si Michael Andretti logra tener su equipo de F1, lo más seguro es que se lleve a Colton Herta (Andretti Autosport) como su piloto estadounidense. El californiano de 21 años fue una figura clave en las fallidas conversaciones de Andretti el año pasado para adquirir a Sauber.
Pato O’Ward, el mexicano de 22 años, compite por McLaren en la serie IndyCar y parece que ya tiene un pie fuera. Hizo una prueba con un monoplaza de F1 con McLaren en diciembre y podría ser el piloto de reserva durante 2022.
Herta y O’Ward, compañeros en el equipo que ganó las Rolex 24 en Daytona en enero, se han establecido como referentes. El que puedan irse a la F1 socavaría la apuesta de la IndyCar por las nuevas caras.
“Quiero que la gente disfrute lo que yo hago en la IndyCar, quiero que sepan lo que la IndyCar puede ofrecer, la competencia», dijo O’Ward. “Cuando me vaya a la Fórmula Uno, o si llego a la Fórmula Uno, pero por ahora que me disfruten en la IndyCar”.
Es mucha la atención sobre un par de pilotos que quedaron cortos en el pasado campeonato de la IndyCar y que siguen peleando por sumar los puntos que la FIA pide para obtener la licencia de pilotos de la F1.
Ni Herta, ni O’Ward destronaron el año pasado al seis veces campeón Scott Dixon. Ese fue Álex Palou — el compañero de Dixon en Ganassi Racing.
Palou llegó a Ganassi la temporada pasada, pero fue su segundo año en la IndyCar. El catalán de 24 años tiene la personalidad y calidad para seguir dominando. Ganó su carrera debut con Ganassi la temporada pasada y terminó segundo en las 500 Millas de Indianápolis, por detrás de Helio Castroneves. Supo recuperarse de dos carreras consecutivas en las que no pudo terminar para salir victorioso en Portland y apoderarse definitivamente el liderato del campeonato a dos carreras de la última carrera.
Algunas de las nuevas caras de la IndyCar llegaron procedentes de la F1, llevadas por la curiosidad. El serial pudo captar titulares tras los desembarcos de Alexander Rossi de 2016 y de Fernando Alonso, quien compitió tres veces en las Indy 500.
Marcus Ericsson pasó de la F1 a la IndyCar en 2019 y regresa para su cuarta temporada (tercera con Ganassi) tras dos triunfos el año pasado. El cuarto piloto de Ganassi es Jimmie Johnson, el siete veces campeón de la NASCAR que vuelve para su segundo año y en esta ocasión a tiempo completo incluyendo las Indy500.
Como parte del equipo AJ Foyt Racing, Tatiana Calderón será la única mujer a tiempo completo en la parrilla. A sus 28 años, la colombiana será la novato de mayor edad.