MIAMI (AP) — Un artista español contemporáneo que soñaba con amplificar el mensaje sobre el racismo y el cambio climático de sus personajes de ojos grandes y orejas de ratón. Una empresa estadounidense de contenidos audiovisuales que buscaba estrategias innovadoras para llegar al público.
Edgar Plans y Exile Contents se asociaron y, a partir del lanzamiento de la colección de NFT de los personajes de “Lil’ Heroes”, inspirados en los coloridos dibujos minimalistas de Plans, aspiran crear una serie animada infantil que luego intentarán distribuir con socios como Netflix, Amazon Prime Video, Disney, HBO o Apple.
Pero antes de producirla, quieren tener una teleaudiencia asegurada. Es por eso que están creando una comunidad que ya cuenta con cientos de miles de seguidores a través de los NFT y, para sumar más fans, planean vender también ropa, juguetes, libros, e incluso hacer subastas. La idea, aseguran, es que quienes compren esos personajes de arte digital participen en todo el proceso, incluyendo el guion de la teleserie.
“Lo que estamos armando es una franquicia de entretenimiento no sólo para la comunidad sino junto a ella, una nueva manera de pensar la relación entre un estudio y su audiencia”, dijo Daniel Eilemberg, presidente de contenido de Exile Content, que produjo recientemente junto a Netflix “Todo va a estar bien” con Diego Luna. “Empezamos con el lanzamiento de NFT y eso hace que tenga una relación diferente con el público”, explicó.
Los NFT, o tokens no fungibles, por sus siglas en inglés, son archivos digitales protegidos o representaciones digitales únicas de un bien, en este caso personajes dibujados por Plans, que tienen su propio valor.
Cada uno de los personajes tiene un NFT con un código único registrado en una base de datos pública, que los valida como originales y auténticos. Cuando salen a la venta por primera vez, sus creadores les asignan un precio, pero luego es el mercado el que los valúa en plataformas digitales donde se realizan las transacciones.
A través del ecosistema de NFT, las empresas y los artistas han encontrado un nuevo nicho para construir una comunidad de seguidores que promueven sus marcas y proyectos, y les permite evaluar el interés del público incluso antes de lanzar una serie televisiva o una película.
Es una estrategia que ha comenzado a implementarse en la industria del entretenimiento y un ejemplo reciente es el de la nueva miniserie de Netflix “This Is The Robbery”, sobre uno de los mayores robos de arte en el mundo. Para hacerla, Netflix encargó a 13 artistas que rehicieran las obras robadas convirtiéndolas en NFT. La campaña conectó a la plataforma de televisión con una comunidad emergente de artistas y con el mundo de los NFT.
La sociedad entre Plans y Exile representa uno de los primeros proyectos del tipo en el mercado iberoamericano.
“Los proyectos NFT en general crean conciencia, y esa conciencia puede ser utilizada para mostrarle a Netflix o Amazon que la adquisición del proyecto incluye una audiencia valiosa que ya está incorporada”, dijo a la AP Vivek Jayaram, un abogado especializado en temas de propiedad intelectual. “Un proyecto de NFT exitoso puede tener un impacto enorme y generar ingresos fuera de sus canales de distribución tradicionales”.
Se trata de una manera innovadora de crear una marca segura para convertirla en una serie de televisión. Tradicionalmente, las series se han realizado a puertas cerradas y han sido lanzadas tras su finalización. Las más exitosas suelen vender mercancía que incluye libros y ropa, pero después. Bajo este nuevo formato, el proceso es al revés: cada uno de los pasos previos al estreno de la serie son públicos y compartidos con la comunidad “Lil’ Heroes”, los dueños de los NFT.
El proyecto de Exile Content comenzó con la creación de los personajes de «Lil’ Heroes» a partir de un dibujo original de Plans que incluye diferentes tonos de piel, ojos, bocas, sombreros y camisetas combinados por un programa de computación. Así surgieron 7.777 personajes originales, todos diferentes, que fueron presentados en redes sociales como Instagram, Twitter y Discord, y en menos de un mes lograron más de 140.000 seguidores.
Un mes después, a mediados de enero, los ofrecieron por primera vez a la venta en un sitio web especial de la colección (www.lilheroes.io) a un precio equivalente a unos 1.350 dólares cada uno. Tan sólo 24 horas después, se estaban revendiendo en el mercado en más de 6.500 dólares, en sitios especiales de operaciones de NFT como OpenSea.io. Hasta ahora, la colección ha facturado más de 46 millones de dólares en transacciones, de acuerdo con el sitio OpenSea.io. El personaje que más caro se ha vendido, que representa al difunto basquetbolista Kobe Bryant con su camiseta amarilla número 24, ha sido en poco más de 203.600 dólares.
Los personajes originales de Plans están plasmados en más de 100 cuadros que se han expuesto desde la Feria de Arte de Nueva York hasta el Museo de Arte Moderno de Moscú y que se venden por 200.000 a 300.000 euros (223.570 a 335.355 dólares) cada uno. Surgieron en 2016 como parte de un proyecto del artista para abordar las desigualdades sociales, el racismo y la lucha contra el cambio climático.
Con el tiempo, Plans consideró que su arte era “muy exclusivo” y quiso conectarlo con más gente. A través de la sociedad con Exile, asegura que su arte será más participativo y ayudará a expandir su mensaje.
“Lo que quiero es que mis personajes puedan convivir con la gente que no es coleccionista ni vive en el lujo, que empatice conmigo, que sea solidaria”, dijo Plans a The Associated Press en una entrevista vía Zoom desde España. “Uno de mis sueños era hacerlos digital, darles vida… Por lo menos lo estamos intentando”.