MADRID (AP) — Un marino ucraniano que intentó hundir un superyate que presuntamente pertenecía a un magnate ruso que dirige una empresa de armas estaba de camino a su Kiev natal el lunes, decidido a unirse a la lucha contra las fuerzas invasoras de ese país.
Taras Ostapchuk dijo que esperaba unirse a los soldados ucranianos o a las milicias civiles que intentan contener el avance de las tropas rusas hacia la capital, Kiev, y otras partes de su país.
«Todos los ciudadanos ucranianos debemos defender nuestra patria porque está siendo objeto de una agresión rusa”, comentó a The Associated Press desde Barcelona horas después de ser liberado de su detención en Mallorca, donde estaba atracado el yate, y justo antes de embarcar en un vuelo a la capital polaca de Varsovia.
“Debemos frenar esta guerra”, dijo Ostapchuk vía telefónica.
El acto del ingeniero de 55 años de edad ocurrió el sábado en una marina lujosa de Mallorca. Su objetivo era el superyate Lady Anastasia, de 48 metros (457 pies) de eslora y cuyo propietario, de acuerdo con Ostapchuk, es Alexander Mikheev.
Mikheev, de 61 años, es el director general de Rosoboronexport, la rama de exportación de armas del conglomerado de defensa estatal ruso Rostec. Según la breve biografía que figura en el sitio web de la empresa, Mikheev fue anteriormente jefe del contratista de defensa JSC Russian Helicopters.
Un portavoz de la Guardia Civil local dijo que los demás tripulantes del yate alertaron a las autoridades del intento de hundimiento. Los agentes que se presentaron en el puerto el sábado encontraron dos escotillas abiertas que dejaban pasar el agua. El yate fue salvado y Ostapchuk fue detenido, dijo el funcionario.
El marino no mostró ninguna señal arrepentimiento cuando fue interrogado por un juez local el domingo: “Considera al propietario del yate como un criminal porque gana dinero vendiendo armas que, según él, matan a los ucranianos”, escribió el juez resumiendo el interrogatorio según la copia vista por AP.
Ostapchuk dijo que estaba al tanto de las actividades de su patrón durante gran parte de la década y que se encargaba del mantenimiento del yate.
Pero comentó a la AP que las imágenes difundidas en un noticiero en línea de un misil ruso que impactó en una casa parecida a la suya en Kiev activaron un interruptor en su cerebro. El misil destruyó parcialmente cinco pisos de la casa, dijo.
Las armas producidas por el propietario del yate “se están utilizando ahora contra mi propia gente”, señaló Ostapchuk.
El marino pensó en lo que haría durante un par de horas antes de decidir vengarse. Según su declaración ante el tribunal, el marino actuó para evitar contaminar o causar daños a otros cerrando las válvulas de combustible del yate y alertando a los demás miembros de la tripulación, todos ellos ucranianos.
Se produjo una pelea entre Ostapchuk y sus compañeros, que acabaron llamando a la dirección del puerto deportivo.
La Guardia Civil española dijo que no pudo confirmar la propiedad del yate.
“Estas embarcaciones de lujo suelen estar registradas en paraísos fiscales bajo empresas pantalla que no son necesariamente sus propietarios finales”, comentó un portavoz de la Guardia Civil que no está autorizado a proporcionar su nombre.