Hasta hace unos años la única forma de estudiar el ADN de una especie era extrayendo una muestra del interior de su cuerpo. Sin embargo, ahora los científicos pueden recoger y analizar el llamado ADN ambiental (ADNe) que se obtiene del aire.

La revista Current Biology publicó recientemente los estudios de dos grupos de investigación que trabajan de forma independiente, uno con sede en Dinamarca y el otro en el Reino Unido y Canadá, en los que pudieron identificar a los animales que merodeaban por los alrededores, tanto dentro como fuera de los confines de los zoológicos de los que tomaron muestras de aire.

“No pensábamos que extraer el ADN de los animales del aire fuera a funcionar”, dijo en un comunicado Kristine Bohmann, profesora asociada de la Universidad de Copenhague y autora principal del estudio danés. “Se trata de una ciencia de alto riesgo y alta recompensa con el potencial de ampliar los límites de la biomonitorización de vertebrados. Está claro que el cielo no es el límite”.

Los autores del estudio explicaron que el material genético extraído del aire se presenta en forma de piel muerta, pelos, sangre o incluso células que se degradan y llegan al medio ambiente.

“Este material puede ser en forma de células muertas de la piel que se pierden, fragmentos de pelo o incluso sólo ADN que se ha liberado cuando una célula se degrada y pierde su contenido en el medio ambiente”, explicó a Metro Elizabeth Clare, profesora adjunta de la Universidad de York (Canadá) y autora principal del segundo estudio.

Clare y Bohmann coinciden en que el hecho de que dos equipos de investigación hayan sido capaces de demostrar de forma independiente que el ADN de origen aéreo (“ADNe”) puede utilizarse para controlar una serie de especies animales refuerza enormemente su trabajo y muestra claramente el potencial de la técnica.

En cuanto a su aplicación, Clare cree que la extracción de ADN por vía aérea puede ser muy valiosa para vigilar especies en peligro de extinción de forma no invasiva y a distancia cuando los especímenes se encuentran en lugares de difícil acceso.

“La naturaleza no invasiva de este método lo hace especialmente valioso para observar especies vulnerables o en peligro de extinción, así como las que se encuentran en entornos de difícil acceso, como cuevas y madrigueras. No es necesario que sean visibles para que sepamos que están en la zona si podemos recoger rastros de su ADN, literalmente, de la nada”, concluye Clare.

“Creemos que (ADNe) puede cambiar por completo nuestra capacidad de cartografiar la presencia de animales, y que nos aportará valiosos conocimientos en relación, por ejemplo, con la protección y la conservación de la biodiversidad”.

—  Kristine Bohmann, profesora asociada de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

¿Cómo se recoge el ADNe del aire?

Elizabeth Clare, profesora adjunta de la Universidad de York (Canadá), lo explica a Metro:

El procedimiento que hemos desarrollado se parece un poco a la forma de hacer café. Se hace pasar el agua por un filtro y se capturan los restos. Imagina que los restos son el ADN. Nosotros pasamos el aire por un filtro y recogemos las partículas de material genético que hay en el aire.

Entrevista

Elizabeth Clare,
profesora adjunta de la Universidad de York, Canadá

P: ¿Qué es el ADN ambiental?

- El ADN ambiental es todo el material genético que recogemos y que no procede directamente del animal. Por ejemplo, regularmente filtramos el ADN de una muestra de agua para estudiar las poblaciones de peces. Nunca tenemos que ver al animal ni estar cerca de él.

P: ¿Cómo puede detectar la fauna en peligro de extinción?

- Nos centramos en una pequeña cantidad de ADN que puede servir para distinguir las especies. Así que filtramos este ADN, luego utilizamos un proceso llamado PCR (igual que el proceso utilizado en una prueba de PCR de COVID) y luego la secuenciación para ver el ADN. Lo comparamos con bibliotecas de ADN conocido para identificar las fuentes. Podemos distinguir las diferentes especies de animales y así identificar qué especies hay en una zona determinada.

P: ¿Qué es lo próximo para el ADNe como herramienta de conservación?

- Hay mucho que no sabemos sobre el ADNe en el aire. No tenemos ni idea de cuánto tiempo persiste, hasta dónde puede viajar o incluso cuál es la mejor manera de recogerlo. Ahora mismo tenemos que trabajar para perfeccionar la técnica y hacerla eficiente y entender cómo puede moverse este material a través de un ecosistema.