WASHINGTON (AP) — Una doctora de California conocida como una de las principales propagadoras de desinformación sobre el coronavirus se declaró el jueves culpable de un cargo de un delito menor por sumarse a la turba que asaltó el Capitolio federal el año pasado.
La doctora Simone Gold, fundadora del grupo antivacunas Doctores de Primera Línea de Estados Unidos, se declaró culpable al cargo en su contra de ingresar y permanecer en un recinto o terrenos restringidos. La condena conlleva una sentencia máxima de seis meses de cárcel.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad, Gold reconoció que ella y su coacusado John Strand, se encontraban directamente frente a un policía que fue agredido y arrojado contra el suelo a las afueras del recinto. La doctora también admitió haber ingresado posteriormente al edificio y pronunciar un discurso en la Sala Estatutaria sobre su oposición a los mandatos de vacunación contra el coronavirus y confinamientos impuestos por el gobierno, mientras Strand grababa sus comentarios.
Gold, de 56 años y residente de Beverly Hills, dijo después a The Washington Post, que siguió a una multitud que ingresó en el Capitolio, no advirtió acto de violencia alguno y tampoco pensó que estuviera infringiendo la ley.
“Efectivamente puedo hablar sobre el lugar donde me encontraba y sin duda alguna no fue una revuelta», dijo. “Donde yo estaba, la situación era increíblemente pacífica”.
Gold, quien tiene más de 400.000 seguidores en Twitter, pertenece abiertamente al movimiento antivacunas en Estados Unidos y es conocida por difundir desinformación sobre el COVID-19. Ha promovido el uso de medicamentos no probados y posiblemente peligrosos para tratar el coronavirus, como el tratamiento antiparasitario ivermectina y la hidroxicloroquina, la cual se usa contra la malaria.
El doctor Irwin Redlener, director fundador del Centro Nacional para la Preparación contra Desastres de la Universidad de Columbia, dijo que Gold ha tenido “un papel protagónico” en el movimiento de propaganda contra las vacunas, porque utiliza sus credenciales médicas y su plataforma para “socavar la ciencia” y contaminar políticamente las acciones para frenar la pandemia.
“En cierta forma, su voz extremista parece tener mayor repercusión que la muy vasta mayoría de doctores que dicen ’por supuesto que deben vacunarse. Les salvará la vida’”, declaró Redlener.
El representante demócrata James Clyburn, quien preside una subcomisión especial de la cámara baja, anunció en octubre que el panel podría investigar a los grupos en internet que propagan desinformación sobre el COVID-19 e impulsan tratamientos potencialmente peligrosos. En una carta dirigida a Gold, Clyburn citó reportes noticiosos de que su grupo y socios han generado millones de dólares en ingresos con la venta de hidroxicloroquina e ivermectina y mediante consultas sobre el COVID-19 en internet.
“Aunque (Doctores de Primera Línea de Estados Unidos) no es el único que brinda estos servicios, supuestamente figura entre los principales impulsores de tratamientos cuestionables a nivel nacional y es una fuente importante de desinformación relacionada con el coronavirus”, escribió Clyburn.
Gold dijo al Post que ella había viajado a Washington para pronunciar un discurso durante una “manifestación por la Libertad de Salud” en el flanco este del capitolio la tarde del 6 de enero de 2021.
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El periodista de The Associated Press, Jacques Billeaud, en Phoenix, contribuyó a este despacho.