La ONG subraya que «tras once años desde el comienzo del conflicto, Siria todavía no es un lugar seguro para la infancia»
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Save the Children ha alertado este martes de que los niños sirios sufren unas «condiciones catastróficas» y ha recalcado que el conflicto sigue causando víctimas civiles y obligando a familias a abandonar sus hogares, en una jornada en la que se cumplen once años desde el inicio de la guerra.
«Tras once años desde el comienzo del conflicto, Siria todavía no es un lugar seguro para la infancia», ha dicho la directora de Ayuda Humanitaria de Save the Children en Siria, Sonia Khush. «Vivir este tipo de violencia, duelo y pérdida, y ser desarraigado en algunos casos varias veces, así como la falta de oportunidades para construir un futuro mejor, ha tenido un impacto profundo en la salud mental y el bienestar de los niños y las niñas. Necesitan vivir en paz», ha agregado.
Así, la ONG ha destacado que 6,5 millones de niños necesitan ayuda humanitaria en el país, donde 2,5 millones de niños no acuden a la escuela y cerca de 800.000 sufren desnutrición, en el marco de una crisis económica acentuada por la pandemia de coronavirus, la devaluación de la moneda y la escasez de productos básicos.
Save the Children ha incidido en que el precio medio de la cesta de alimentos ha aumentado un 97 por ciento entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021, lo que provoca que un hogar medio gaste el 41 por ciento de sus ingresos en alimentos, con cerca de doce millones de personas –el 55 por ciento de la población– en situación de inseguridad alimentaria.
Por ello, ha señalado que las familias están reduciendo «significativamente» la cantidad de alimentos que comen y la mayoría depende por completo de la ayuda humanitaria. Asimismo, algunas han recurrido ya a mecanismos de supervivencia perjudiciales para los niños, como el trabajo infantil, existente en el 22 por ciento de las comunidades, según datos de la ONU.
La ONG ha hecho por ello un llamamiento a que los sirios que han huido del país «no sean olvidados», en medio de la oleada de refugiados a causa de la guerra en Ucrania, al tiempo que ha pedido a los estados que protejan y defiendan los derechos de todas las personas desplazadas.
Yusef, de doce años y residente en Maarat Misrin en la provincia de Idlib (noroeste), perdió a sus padres en dos bombardeos, uno de los cuales le causó lesiones permanentes en las piernas. «Hemos estado viviendo en la casa de mi abuelo durante los últimos tres años, pero debido a la violencia y los problemas financieros, el edificio aún no está terminado», relata.
«Mi madre murió hace nueve años y mi padre hace tres. Tengo heridas en las piernas porque nos cayó un proyectil encima cuando estábamos sentados en casa. Mi padre solía llevarme al hospital (para el tratamiento médico), pero ahora no queda nadie para llevarme. Siempre quiero jugar y correr, pero no puedo», afirma.
Ahmed, de 13 años, es el mayor de 10 hermanos y vive en un campo de desplazados internos en la zona rural de Idlib. Trabaja en una tienda después del colegio para ayudar a pagar la comida de sus hermanos ya que su padre falleció hace tres años debido a una enfermedad. «Soy el mayor y no hay nadie para ayudar, trabajo aquí, para que podamos vivir», explica.
Por su parte, Jazna, una madre de 26 años que vive en Shedadé, junto al río Éufrates, lamenta que el entorno no es limpio. «La suciedad y los insectos se meten en nuestra comida. No tenemos neveras para conservar nuestros alimentos. Nuestra ropa se ensucia y mi hijo tiene alergias debido a eso», señala.
«Mi hijo y yo a menudo tenemos diarrea y dolores de estómago. Por todo ello, estaba perdiendo peso y adelgazando día a día. Círculos oscuros comenzaron a aparecer debajo de mis ojos. Tanto él como yo teníamos anemia», agrega. En este sentido, Save the Children afirma que muchas madres se quedan sin alimentos para priorizar el gasto en agua potable debido a la falta de agua corriente limpia.
En un estudio reciente realizado por Save the Children en cinco comunidades en el noreste de Siria, casi un tercio de las mujeres que amamantan dijeron que no podían producir suficiente leche materna para sus bebés y, cuando podían, a menudo era de mala calidad. El mismo estudio recoge que el siete por ciento de los niños y las niñas entre 6 y 59 meses tenían desnutrición aguda severa y el trece por ciento desnutrición aguda moderada.
Por ello, la organización ha reclamado a las partes en conflicto que pongan fin a la violencia. «Además, la comunidad internacional necesita aumentar la financiación y la entrega de suministros y servicios que salvan vidas y que son esenciales para que todos los niños y niñas sobrevivan, estén protegidos contra daños y prosperen. Las personas refugiadas que han huido de Siria deben ser protegidas», ha zanjado Khush.