MIAMI (AP) — Latinoamérica y el Caribe han sido por meses el destino de millones de vacunas contra el COVID-19 donadas por Estados Unidos y España hasta Rusia y China. Y aunque algunos de los países siguen recibiendo dosis gratuitas, en los últimos meses otros cambiaron de rol y comenzaron a donar.
El objetivo es ayudar a los que han tenido menos acceso a las vacunas, aunque los receptores no siempre están en el continente americano, el más golpeado en todo el mundo por la pandemia, de acuerdo con información de las Naciones Unidas.
La donación “es una manera muy linda de mostrar solidaridad”, dijo a The Associated Press Lois Privor-Dumm, asociada principal de investigación de Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, la facultad de salud pública de la Universidad Johns Hopkins. “Pero esencialmente lo que realmente se quiere es un suministro consistente de vacunas. Sería bueno si no tuvieran que preocuparse por las donaciones”.
Al menos una decena de países de Latinoamérica -entre ellos Argentina, México, República Dominicana, Ecuador y Chile- han donado más de ocho millones de dosis a vecinos de la región y a otros países no tan cercanos como Angola o Vietnam, que aún no han podido acceder suficientes vacunas para inocular a su población, de acuerdo con un análisis de AP basado en información de los gobiernos y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Gran parte de los donantes latinoamericanos han inmunizado con al menos dos dosis a por lo menos el 60% de su población, entre ellos Argentina, que ha vacunado con todo el esquema al 80%. Pero también está República Dominicana, que ha donado aún cuando tiene poco más de la mitad de su población completamente vacunada, casi el 54%.
Se trata de un gesto de solidaridad que los expertos consideran ayudará a expandir la tasa de vacunación en América Latina y el Caribe, donde aún cerca de 10 países no han llegado a cumplir con la meta de 40% de inmunización completa trazada por la Organización Mundial de la Salud para finales de 2021.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) espera que con las donaciones más países puedan cumplir la próxima meta: el 70% de vacunación completa para mediados de año.
“Lo importante es que sigan con esta muestra solidaria”, dijo Jarbas Barbosa, el subdirector de la OPS. “Alcanzar una vacunación elevada de manera equitativa es fundamental… si hay un país que tiene más vacunas de las que necesita, es fundamental que pueda hacer las donaciones en tiempo para que esas vacunas puedan ser bien utilizadas”, expresó en una entrevista reciente con la AP.
Durante meses los países de las Américas han sido el epicentro de la pandemia, sufriendo un impacto desproporcionado del COVID-19: en la región han muerto más de 2,6 millones de personas, casi la mitad de los por lo menos seis millones de fallecimientos globales, a pesar de que sólo alberga a poco más del 13% de la población mundial, según la OPS.
La pandemia destapó los desequilibrios existentes en las Américas, donde conviven países ricos como Estados Unidos y otros como Haití, uno de los más pobres del mundo. Esas desigualdades se reflejaron también en el acceso a las vacunas.
En América Latina y el Caribe todavía quedan unas 248 millones de personas que no han recibido ni siquiera una dosis de la vacuna contra el COVID-19 y sólo 14 países han alcanzado la vacunación completa del 70% de su población.
La situación empezó a mejorar cuando países desarrollados como Estados Unidos, España y Canadá comenzaron a hacer donaciones a través del mecanismo COVAX -creado por las Naciones Unidas para facilitar el acceso equitativo- y la OPS entregó a partir de junio cerca de 30 millones de vacunas a varios países de la región que en ese momento tenían baja inmunización, como Guatemala y Honduras.
“Pasamos de una situación de una dificultad de acceso muy fuerte para en los últimos tres meses del año pasado tener un acceso amplio”, expresó Barbosa. ”Fue un progreso muy fuerte», dijo el experto y explicó que esas donaciones ayudaron a que naciones de la región que antes tenían sólo el 10% o el 20% de su población vacunada alcanzaran más del 50% y comenzaran a donar.
Con el 31,5%, Guatemala es el único país de Latinoamérica que aún no completó la vacunación del 40% de su población. En el Caribe, además de Haití -que apenas ha inmunizado con dos dosis al 0,9%-, hay otras nueve naciones en la misma situación, entre ellas Jamaica, con el 22%.
El problema principal de Haití, dijo Barbosa, no es la falta de acceso sino la capacidad de vacunación, la resistencia de la población a inocularse y la negativa del gobierno a recibir ciertas vacunas como la AstraZeneca donada por Argentina y México. La nación caribeña no ha recibido dosis de ningún país de Latinoamérica.
Las donaciones, tanto las recibidas como las realizadas desde la región, se concretan a través de COVAX y acuerdos bilaterales. Muchos de esos pactos, no obstante, no son públicos y por lo tanto es difícil determinar con exactitud la cantidad de vacunas donadas y los países beneficiados, aunque UNICEF tiene algunas estimaciones.
Entre los países que más han donado a la región están Estados Unidos, España y Canadá, pero también aparecen Rusia, China, Japón, Francia, Alemania, Suecia y Dinamarca. Las han recibido desde Argentina, Brasil y Bolivia, en el Cono Sur, hasta Guatemala, El Salvador y México en América Central y del Norte y numerosas islas del Caribe.
Argentina y México, a su vez, han sido los mayores donantes de las vacunas de AstraZeneca que ellos mismos fabrican y distribuyen de manera conjunta.
En el caso de Argentina, que recibió más de siete millones de vacunas donadas, ha ofrecido de manera gratuita más de cinco millones de dosis a países que incluyen a su vecino Bolivia, las islas de Barbados, Granada, Santa Lucía y Dominica, pero también a naciones lejanas como Angola, Kenia, Mozambique y Vietnam.
México, que tiene casi el 61% de su población completamente inmunizada, ha donado cerca de 1,7 millones de dosis a Paraguay, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Honduras, Jamaica, Belice, San Vicente y Dominica. Ha recibido, a su vez, más de 13 millones de vacunas donadas por Estados Unidos.
República Dominicana, que ha recibido donaciones de vacunas chinas y de la India, ha donado más de 511.000 dosis de AstraZeneca a Guatemala, Honduras, Costa Rica y Jamaica.
Ecuador donó unas 336.000 a Perú y Panamá unas 243.000 a Nicaragua. Otros de los donantes incluyen a Chile, El Salvador, Cuba -que ha desarrollado vacunas propias- y Uruguay.
Colombia, en tanto, recibió donaciones de Estados Unidos, Alemania y Canadá y donó un millón de dólares a la OPS para “procesos de vacunación” en la comunidad del caribe CARICOM, que incluye a Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago, Barbados y Guyana.
Para los expertos, lo ideal sería que las donaciones se queden en la región.
“Sería bueno ver que las vacunas vuelven a la región”, expresó Privor-Dumm. “Es importante que toda la región esté bien vacunada. No queremos que haya lugares donde algunas personas están vacunadas y otras no”.