ROMA, 16 (EUROPA PRESS)
El Papa Francisco ha rezado por los niños y jóvenes ucranianos «víctimas del orgullo de los adultos», al concluir un encuentro la Basílica de San Pedro con dos mil estudiantes del Instituto Integral «La Zolla» de Milán.
«Señor Jesús, te pido por los niños y niñas, los niños y niñas que están viviendo bajo las bombas, que ven esta guerra terrible, que no tienen comida, que deben huir, saliendo de casa. Señor Jesús, mira a estos niños, a estos niños, protégelos, son víctimas del orgullo de nosotros, los adultos. Señor Jesús bendice a estos niños y protégelos. Juntos rezamos a Nuestra Señora para que los proteja. AVE María….», ha orado el Pontífice.
Antes de la oración, el Papa ha pedido a los muchachos milaneses que dirigieran su pensamiento «a los muchos niños, niñas, niños y niñas que están en guerra y que sufren». «Tienes un futuro por delante, la certeza de crecer en una sociedad pacífica, y en cambio estos pequeños tienen que huir de las bombas, con ese frío que ha». Hoy están sufriendo, a 3.000 mil kilómetros de aquí», les ha explicado.
En su discurso, Francisco ha constatado que hay había muchos abuelos junto a los estudiantes. «Aquí hay muchos abuelos –ha comentado de forma improvisada.–. Es muy importante que ustedes jóvenes y niños hablen con los abuelos».
El Instituto ‘La Zolla’, una escuela de inspiración cristiana que celebra 50 años de vida, según ha subrayado el Pontífice, «es una realidad preciosa para el área milanesa y ofrece un apreciado servicio educativo en colaboración con las familias». «Es importante construir una comunidad educativa en la que, junto a los docentes, los padres puedan ser protagonistas del crecimiento cultural de sus hijos», ha dicho.
El Papa ha reconocido que este «pacto educativo», que se ha roto muchas veces, siempre hay que cuidarlo. «El diálogo también es trabajar juntos, como lo hacen ustedes, padres y maestros. Es importante construir una comunidad educativa, esto es muy importante», ha insistido.
Francisco ha lanzado a los menores dos palabras que le «salen del corazón»: «compartir y acoger» y les ha pedido que las repitan con fuerza. «Compartir significa no cansarse de madurar junto a las personas que viven a tu lado: compañeros de escuela, padres, abuelos, educadores, amigos», ha explicado al tiempo que ha pedido tejer lazos para construir una sociedad más solidaria y fraterna.
«Porque la paz, que tanto necesitamos, se construye a mano compartiendo. No hay máquinas para construir la paz, no: la paz siempre se hace a mano. Paz en la familia, paz en la escuela ¿Y cómo artesanal? Con mi trabajo, con mi compartir», ha reflexionado.
Sobre la acogida, el Pontífice ha lamentado que el mundo de hoy, «pone muchas barreras entre las personas». «Y el resultado de las barreras son las exclusiones, el rechazo», ha dicho.
«Incluso en la escuela, escuchen esto con atención, niños y niñas, en la escuela a veces hay algún compañero que es un poco extraño, un poco ridículo o no nos gusta: ¡nunca lo descarten! Ni siquiera el bullying: no, por favor, ni el bullying, nada. Lo mismo. Es un poco desagradable, pobre hombre, pero me acerco a él con simpatía. Construye siempre puentes, no descartes a nadie, ¡por favor! No descartes. Porque las guerras empiezan con los desechos, siempre, descartando», ha advertido.