MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Greenpeace ha denunciado la «lentitud pasmosa» durante las dos últimas semanas en la cuarta ronda de negociaciones hacia un Tratado Global de los Océanos (IGC4) que ha concluido este viernes sin un acuerdo en la sede de la ONU por lo que se necesitará una quinta ronda que aún no tiene fecha programada.
En un comunicado, la organización ha afeado la falta de acuerdo sobre una serie de cuestiones claves que «no se corresponde con la emergencia global». Asimismo, ha instado al Gobierno de España a asumir «con verdadero liderazgo» el compromiso del Ejecutivo que hizo pública su intención de salvaguardar el 30 por ciento de los océanos para 2030. «De hecho, forma parte de la High Ambition Coalition y de los líderes azules que persigue este objetivo», ha recordado.
Así, Greenpeace ha asegurado que ese apoyo debe contemplar que en el Tratado se incluya la «declaración de Áreas Marinas Protegidas en alta mar que limite la actividad pesquera industrial sin delegar exclusivamente esta gestión pesquera a las Organizaciones Regionales de Pesca que no contemplan la gestión integral de todo el ecosistema marino».
La responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, Pilar Marcos, ha señalado que las promesas de los gobiernos para proteger al menos un tercio de los océanos del mundo para 2030 «no se están cumpliendo». «Es obvio que nuestros océanos están en crisis, y si no logramos un Tratado Global de los Océanos lo suficientemente ambicioso que necesitamos en 2022, no hay forma de crear santuarios oceánicos en aguas internacionales que nos permitan lograr el objetivo de 30×30», ha subrayado Marcos.
PESCA DE CALAMAR
En este sentido, la organización recuerda que el «ritmo burocrático» de la conferencia «amenaza con frustrar sus declaradas ambiciones» y avisa de que una nueva ronda de negociaciones «no puede permitirse el lujo de ser solo un tema de debate sin aterrizaje», por lo que instan a los gobiernos a reunirse de manera proactiva para negociar «con éxito» el Tratado.
Asimismo, en el comunicado, Greenpeace alerta de que su barco ‘Arctic Sunrise’, «mientras los Gobiernos discutían lentamente sobre el texto», se topó con una extensa flota de más de 400 barcos «saqueando el océano en el Atlántico sur, en una zona conocida como el Blue Hole'». Estas embarcaciones, según explica la nota, pescan calamares en la región sin estar sujetas a ninguna regulación.
«Esta ausencia de reglas multilaterales, combinada con la disminución de los recursos que aumentan la demanda marina, es una receta para el desastre», denuncia.