MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a que trabaje para lograr «un alto el fuego inmediato y una solución política en Ucrania», puesto que ha advertido que las consecuencias sanitarias tendrán repercusión «durante décadas» y ha puesto de manifiesto los problemas de acceso con los que se han encontrado en el envío de suministros médicos.
«Necesitamos un acceso sin restricciones», ha asegurado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante su intervención ante la ONU, ya que ha asegurado que se han establecido líneas de suministro en Lviv para que los convoyes accedan a las zonas críticas «pero hasta ahora sin éxito».
«Los cargamentos preparados para Mariupol permanecen en las zonas de espera y no pueden seguir adelante. El acceso a estas y otras zonas es ahora crítico», ha sostenido.
Para apoyar el sistema sanitario ucraniano, la OMS está coordinando el despliegue de 20 equipos médicos de emergencia, integrados por expertos de muchos países, para prestar atención en diversas disciplinas, en Ucrania y en los países vecinos. El presidente ha incidido en los pacientes de cáncer, diálisis renal, VIH, tuberculosis o salud mental, entre otras patologías.
«Los refugiados, y muchos de los que permanecen en Ucrania, son ya muy vulnerables, especialmente las mujeres y las niñas. Protegerlos de todo tipo de abusos y explotación debe ser una prioridad absoluta para los gobiernos de acogida y todas las organizaciones internacionales. La prolongación del conflicto no beneficia a nadie y sólo prolongará el sufrimiento de los más vulnerables», ha comentado.
En este sentido, ha centrado su atención en la mala situación e las viviendas y las condiciones de hacinamiento a las que se han visto abocados la población ucraniana, lo que puede aumentar, a su juicio, enfermedades como el sarampión, la neumonía y la poliomielitis. Además, ha reparado en el impacto de la COVID en una población con solo un tercio totalmente vacunada. «Esto aumenta el riesgo de que un gran número de personas desarrollen una enfermedad grave. La crítica escasez de oxígeno afectará a la capacidad de tratar a los pacientes con COVID-19 y muchas otras enfermedades», ha asegurado.
Por todo ello, ha solicitado a los países donantes que sigan apoyando la respuestas a las necesidades humanitarias en Ucrania, como la donación de 10.000 millones de dólares que se han adelantado, y ha recalcado que otros países también están sufriendo situaciones devastadoras, como Afganistán, Etiopia o Yemen.
«En Afganistán, más de la mitad de la población está necesitada, con desnutrición generalizada y un aumento del sarampión, entre otros muchos problemas. En Etiopía, el bloqueo de seis millones de personas en Tigray durante casi 500 días ha creado una crisis alimentaria y sanitaria catastrófica. En Siria, más de doce millones de personas necesitan asistencia sanitaria, casi la mitad de ellas niños. Y en Yemen, se calcula que aproximadamente dos tercios de la población, más de 20 millones de personas, necesitan asistencia sanitaria», ha concluido.