TOKIO (AP) — El gobierno de Japón levantó una alerta de posibles apagones para la región de Tokio el miércoles después de que mejoraran las condiciones climáticas y las estrategias de conservación, pero el panorama de suministro aún luce endeble debido a la falta de operación de varias termoeléctricas a carbón.
La escasez de suministro eléctrico se produce en momentos en que la población utilizó más energía para mantenerse caliente debido a las nevadas y a las bajas temperaturas del martes, y luego de que la semana pasada un terremoto causó que varias plantas dejaran de generar electricidad.
El Ministerio de Economía e Industria levantó la alerta de posibles apagones la mañana del miércoles, después de que el clima soleado permitió que se reanudara la generación de enegía solar. Sin embargo, la dependencia pidió que se mantengan las tareas de conservación, ya que varias termoeléctricas a carbón permanecerán fuera de operación por algunos meses.
Aunque Japón ya se fijó el objetivo de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono para el año 2050, aún depende en buena medida de los combustibles fósiles.
Si bien Japón avanza en el desarrollo de energías renovables, el gobierno busca reactivar más plantas de energía nuclear, aunque persisten grandes preocupaciones de seguridad pública después del desastre de Fukushima.
El pasado 16 de marzo, un sismo de magnitud 7,4 azotó la costa noreste de Japón, dejando cuatro personas muertas, daños en edificios y provocando apagones en alrededor de 2 millones de viviendas en Tokio y otras zonas.
Una filial de Tokyo Electric Power Company Holdings dijo la tarde del martes que las labores de conservación habían eliminado en buena medida la amenaza de apagones.
El Aeropuerto Internacional Haneda de Tokio apagó algunas luces y parte del aire acondicionado en sus terminales. La torre SkyTree de Tokio canceló su espectáculo de luces nocturno el martes. Los parques de diversiones y algunas compañías utilizaron generadores.
Se cree que las restricciones del martes fueron algunas de las peores desde que el gobierno realizó apagones programados en el área metropolitana de Tokio durante 10 días tras la catástrofe nuclear de Fukushima Daiichi en 2011.