Un día como hoy pero hace 28 años (23 de marzo), fue asesinado el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, hecho que marco la vida política de nuestro país a nivel mundial, y que actualmente deja más dudas que respuestas.
Fue la tarde del miércoles 23 de marzo de 1994, alrededor de las 17:00 horas cuando el candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió dos disparos de arma de fuego, uno a la cabeza y otro al vientre, mientras se abría paso entre la multitud al término de un evento político celebrado en el barrio de Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California.
Tras terminar su mitín comenzó a entonar de fondo la canción de ‘La Culebra’, de Banda Machos, Colosio comenzaba a caminar entre la multitud que intentaba saludarlo, sin embargo, uno de los asistentes logró burlar la seguridad y le disparó en el lado derecho de su cabeza; posteriormente volvió accionar el arma al propinarle otro disparo en el abdomen del candidato.
En medio del caos y la confusión, los guardias de seguridad lograron trasladarlo inconsciente y muy malherido al Hospital General de Tijuana, sin embargo, el político sufrió un paro cardiorrespiratorio irreversible y aunque los médicos intentaron reanimarlo durante casi una hora, Luis Donaldo Colosio fue declarado muerto a las 19:45 horas del 23 de marzo de 1994.
El responsable directo del asesinato, Mario Aburto Martínez, de aproximadamente 25 años de edad, fue aprehendido por los guardias de seguridad del Grupo Omega, conformado por ex policías y militares, después de accionar su revólver Taurus calibre .38 en contra del político, sin embargo, cuando los guardaespaldas de Colosio lo tenían inmovilizado, el detenido señaló a Vicente Mayoral, integrante del cuerpo de seguridad, como responsable, por lo que también fue detenido por los guardias.
Debido al ambiente político de la época, las irregularidades que surgieron durante la investigación criminal, las pugnas por la candidatura presidencial que prosiguieron al atentado, los testimonios contradictorios y acusaciones entre involucrados, la incredulidad sobre las conclusiones del caso no han hecho más que crecer durante los años.
Algunos rechazan la idea de Aburto Martínez como un magnicida solitario que actuó por ideales políticos, sino que afirman que fue un crimen de Estado, orquestado desde las esferas más altas del priismo, incluso, por orden directa del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, debido a que en su discurso del 6 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio se deslindó de las viejas formas en que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) incidía en las decisiones de gobierno.