MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha admitido que una de las secretarias de su gabinete cuando era diputado nunca acudió a su puesto de trabajo en la Cámara de Diputados de Brasilia durante los quince años en los que estuvo contratada y ha criticado a la Fiscalía por iniciar una causa por un posible delito administrativo.
«¿Por qué no se investiga a todo el mundo? ¿Solo yo? Si eso es como disparar al agua, da hasta vergüenza que la Fiscalía investigue eso. Deja mal a la Fiscalía ponerse hacer eso», ha criticado Bolsonaro.
Esa empleada ‘fantasma’ es Walderice Santos da Conceição, aunque es más conocida como Wal do Açaí. Si bien ha admitido que ella nunca acudió presencialmente a su puesto de trabajo, Bolsonaro sostiene que es una práctica habitual entre los diputados la de contratar personal en sus estados natales y mantenerles ahí sin necesidad de que tengan que desplazarse a Brasilia.
«No necesitan preguntar a Wal, y a mi tampoco. Lo confieso: ella nunca estuvo en Brasilia. Es verdad. Asumió por poder específico», ha argumentado Bolsonaro durante su comparecencia semanal a través de sus perfiles en redes sociales.
Así, el presidente brasileño ha reconocido que en lo que a él respecta, «ella nunca ha estado en Brasilia» y ha detallado que «ella vive en un distrito de Angra dos Reis (sur de Río de Janeiro). Asimismo ha asegurado que duda de que haya diputados fuera de Brasilia que no tenga personal fuera de la capital.
«Estas personas que están en el estado no vienen a Brasilia, toman posesión por poder específico. He hecho eso toda mi vida y Wal ganaba el equivalente a 1.500 reales al mes (285 euros), incluida la ayuda alimenticia», ha contado.
El nombre de Da Conceição adquirió notoriedad en 2018 tras un reportaje de ‘Folha de Sao Paulo’, después de que se la viera trabajando en una tienda en la misma calle en la que se encuentra la casa de veraneo que Bolsonaro tiene en Angra dos Reis. Algunos vecinos de la zona declararon que ella prestaba servicios particulares en esta vivienda y que su marido ejercía como casero de la misma.
Tras esta noticia, poco después ese mismo año Da Conceição compareció ante la autoridades y reconoció que jamás había estado en Brasilia. Los fiscales enviaron el caso a un juzgado federal de Brasilia, donde todavía espera.
La investigación acusa tanto a Bolsonaro como a Da Conceição por un delito administrativo y exige la devolución de los recursos públicos supuestamente desviados. Durante el proceso, los fiscales comprobaron movimientos atípicos en la cuentas bancarias de la supuesta secretaria ya que en varias ocasiones llegó a retirar en efectivo entre el 83 y el 95 por ciento de su sueldo.
La Fiscalía defiende que Bolsonaro era consciente de que Da Conceição no prestaba los servicios correspondientes a su cargo y que a pesar de todo, él así lo acreditó ante la Cámara. «En el ejercicio de su mandato parlamentario, no solo traicionó la confianza de sus electores, sino que también violó el decoro parlamentario al malversar fondos públicos», denuncia.
