SEVILLA, 29 (EUROPA PRESS)
La Universidad de Loyola ha informado este martes que los investigadores de la Escuela de Ingeniería del centro Carlos Ortiz y Mauricio Zurita han realizado una estancia en Honduras para analizar una serie de residuos procedentes del cultivo del café con el fin de generar alternativas para la producción de energía.
Esta acción la han llevado a cabo en las regiones hondureñas de Marcala y Santa Rosa de Copán, dos de las provincias con «más cooperativas» de producción de café en toda Centroamérica, según ha señalado la Universidad de Loyola en un comunicado.
El centro universitario ha mencionado que los científicos han realizado esta visita con una ayuda de movilidad Erasmus+ KA07, para posteriormente desarrollar un proyecto «de mayor envergadura» que mejore el aprovechamiento de residuos de estos productores de café, pudiendo obtener biocombustibles, y, además, generando un menor impacto medioambiental en la zona.
Loyola ha explicado que, el procesado de café, desde la recolección incluye despulpado, lavado, secado y trillado hasta obtener el llamado grano de café oro. Parte de la pulpa y las aguas mieles producidas en el lavado se utiliza para producir abonos y fertilizantes, pero otra parte se desecha en la tierra y «produce contaminación» en acuíferos y ríos, por lo que «se hace necesaria» una solución.
Los científicos de la Universidad Loyola, conocedores de las posibilidades de dichos residuos, «ven la posibilidad y el potencial» de estos para la producción de biocombustibles, lo que «permitiría reducir» el consumo de Diesel que utiliza la maquinaria para el procesado de café, una alternativa al consumo eléctrico de «baja calidad» de la zona que «dificulta» la producción, según ha subrayado el centro.
El objetivo principal del proyecto, como ha detallado la universidad, es desarrollar estudios piloto para analizar el potencial energético que tienen esos residuos y aumentar así la sostenibilidad ambiental de la planta.
«Se trata de preparar un pequeño laboratorio con instrumentos para evaluar el potencial energético, con procesos de biodigestión, fermentación y evaluarlos científicamente a escala de laboratorio y ver el potencial, para posteriormente capacitar a los técnicos de la zona para que hagan ellos el proceso posteriormente», ha indicado Ortiz, uno de los investigadores que ha desarrollado la estancia.
COOPERACIÓN INTERNACIONAL A TRAVÉS DE LA INGENIERÍA
El centro ha destacado que los científicos de la Universidad Loyola que abordan este proyecto de cooperación internacional a través de la ingeniería pertenecen al grupo de investigación Materiales y Sostenibilidad.
Por su parte, Carlos Ortiz dirige un proyecto financiado por el Programa Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Andalucía a través de Fondos Feder denominado ‘CO2 Free’, en el que partiendo del proceso llamado Calcium-Looping (CaL) se alternan de manera cíclica el almacenamiento y la liberación de energía térmica, así como la captura y el almacenamiento de CO2. El trabajo pretende optimizar y completar el proceso utilizando energías renovables para convertir el CO2 almacenado en energías limpias como la producción de hidrógeno y metano renovable.
Financiado por la misma convocatoria, el investigador Mauricio Zurita dirige el proyecto ‘Diseño racional de enzimas termoestables para sacarificación de biomasa vegetal bajo consideraciones de transporte y accesibilidad’. El trabajo mejora los procesos de degradación enzimática utilizando una metodología basada en el diseño racional de enzimas termoestables con las que mitigar la resistencia a la degradación que ofrece la biomasa procedente de residuos vegetales. De esta forma «se espera» desarrollar procesos tecnológica y económicamente viables en los que convertir los residuos de biomasa en materia prima para la producción de productos de «alto valor añadido».
El centro ha mencionado que debido al programa Erasmus+ la comunidad universitaria de Universidad Loyola puede realizar actividades de movilidad con «diferentes objetivos y en diversos países». Los estudiantes podrán realizar actividades con finalidad de estudios o prácticas y el personal podrá, en su caso, formarse o impartir docencia contribuyendo a la internacionalización y modernización de la institución.
Además, con la acción clave KA07, esta movilidad no se circunscribe únicamente al Espacio Europeo de Educación Superior. La movilidad Erasmus+ KA107 con países asociados –países no europeos– es una actividad que ofrece a los estudiantes y al personal del ámbito de la educación superior «la oportunidad» de adquirir una experiencia educativa o profesional en otro país.
Además, el centro ha señalado que el servicio de Relaciones Internacionales de Loyola «ha liderado» esta acción Erasmus KA107 desde sus inicios consiguiendo su primer proyecto en 2016. Desde entonces la Universidad Loyola ha sido adjudicataria de cinco proyectos y su presupuesto ha alcanzado 605.260,00 euros, «facilitando de recursos y permitiendo el fortalecimiento» de las relaciones con las universidades socias jesuitas en su estrategia de internacionalización, donde Centroamérica tiene «un gran peso».
Los diversos proyectos de los que Loyola ha sido adjudicataria se han centrado en Burkina Faso, Chile, Costa de Marfil, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Líbano, Madagascar, Marruecos, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela, «permitiendo» que investigadores y personal de universidades de todo el mundo realicen intercambios académicos con Loyola.