BUENOS AIRES (AP) — Argentina registró una mejora de sus indicadores de pobreza en el segundo semestre de 2021 —con respecto al primero— por un aumento en la ayuda social que permitió compensar los efectos de la inflación en los precios de los alimentos.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reportó el miércoles que unos 10,8 millones de argentinos (el equivalente al 37,3% de la población) son pobres y de éstos 2,4 millones (8,2%) son indigentes, es decir, sus ingresos no cubren una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas.
“Con respecto al primer semestre de 2021, la incidencia de la pobreza registró una reducción de 3,3 puntos porcentuales tanto en los hogares como en las personas. En el caso de la indigencia, mostró una disminución de 2,1 puntos porcentuales en hogares y de 2,5 puntos porcentuales en las personas”, explicó el organismo.
La pobreza en el primer semestre de 2021 había sido de 40,6%.
No obstante, el dato alarmante es que más de la mitad (51,4%) de los pobres son niños de 0 a 14 años.
Según el reporte oficial, “los ingresos en el período estudiado aumentaron más que las canastas, lo que explica la reducción de la tasa de pobreza e indigencia del conjunto de la población en el promedio del semestre”.
El gobierno de Alberto Fernández destinó en 2021 más de la mitad de su presupuesto en seguridad social (unos 4.000 millones de pesos equivalentes a 34 millones de dólares), lo cual incluye programas de ayuda para atender las demandas de una población que había sufrido el impacto de la extensa cuarentena dispuesta en 2020 por la pandemia de coronavirus.
Al menos en la primera parte del año pasado esto permitió que los argentinos con menos ingresos pudieran mantenerse en carrera contra la inflación. No obstante, 2021 cerró una inflación de 50,9% y este año acumula 8,8% por lo que los analistas son menos optimistas con los datos sociales de próximos reportes.