MIAMI (AP) — La primera reunión de los Marlins de Miami con Don Mattingly esta primavera, fue corta, emotiva y con un solo punto a tratar.
Les dijo que pueden ganar.
No fue exactamente algo novedoso como táctica de liderazgo de Mattingly, pero tenía un motivo para transmitir este mensaje. Hace un año todo salió mal con los Marlins. El equipo que venía de disputar una serie de postemporada en el 2020 se desplomó al fondo de las posiciones y no pasó ningún día con foja por encima del .500. Prácticamente quedó fuera de contención tras el descanso por el Juego de Estrellas.
Eso queda en el pasado. Mattingly insiste en que no son sólo frases de aliento o buenos deseos en los entrenamientos de primavera cuando dice que cree que las cosas podrían cambiar en 2022.
“Creo que podemos ganar”, dijo el mánager de los Marlins. “Creo que es la clave. Estoy seguro que creen que pueden. Fuera de eso, son sólo palabras. Nuestro grupo lo cree. Ahora tenemos que probarlo. Tenemos que ejecutar, tenemos que hacer lo que se necesita para ganar”.
Para los Marlins esto significa batear.
El arte del buen contacto fue un problema con los Marlins hace un año. Los bateadores de Miami tuvieron casi 10 veces más ponches por partido la temporada pasada, la segunda peor marca en las mayores, y el equipo anotó la segunda menor cantidad de carreras.
Entonces fueron por bateadores en la agencia libre. Jorge Soler, reinante Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, encabeza el grupo, que incluye a los jardineros Avisaíl García y Joey Wendle, así como el catcher Jacob Stallings. No fueron adquisiciones de alto calado, pero la gerente general Kim Ng indicó que se trata de un plan calculado para tener éxito sostenido.
“Para los aficionados, estar en una montaña rusa no es la mejor forma de construir una franquicia o tu equipo”, indicó Ng. “Es por esto que elegimos construir de las menores y agregar cuando lo necesitábamos. Ese es el punto en el que nos encontramos”.
Su rotación parece que será su fortaleza, encabezada por el as dominicano Sandy Alcántara. Trevor Rogers fue elegido al Juego de Estrellas la temporada pasada como novato. El venezolano Pablo López se perdió la mitad de la campaña con un problema en el manguito rotador, pero fue activado al final de la campaña en octubre.
LO FUERTE
La fortaleza de los Marlins radica en su rotación abridora, encabezada por Alcántara, López y Rogers. Miami tuvo foja de 31-18 el año pasado cuando tuvieron abridores de calidad, seis o más entradas, tres o menos carreras permitidas.
Alcántara firmó un contrato de 56 millones y cinco años al final del año pasado, y el dominicano entiende que ahora deberá ejercer un mayor liderazgo.
LO MALO
Miami tuvo marca de 19-38 la temporada pasada frente a equipos que alcanzaron la postemporada, con un promedio de bateo de .221 en esos 57 juegos. Pero una mirada a esos números da mayor crédito al argumento sobre la fortaleza de los lanzadores. Los Marlins tuvieron efectividad de 4.09 ante equipos de playoffs, siendo los séptimos y al mismo nivel que Atlanta, los campeones de la Serie Mundial con 4.02 ante equipos de postemporada.
JAZZFEST
Los números ofensivos del infielder Jazz Chisholm reflejaron el nivel de los Marlins la pasada campaña. Cuando estuvo encendido, Miami anduvo bien. Y cuando se apagó, Miami también. Chisholm bateó para .301 en victorias, .209 en las derrotas. “Quiero ver consistencia en Jazz”, dijo Mattinggly.