MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El partido islamista tunecino Ennahda ha lamentado que la disolución del Parlamento, decretada por el presidente del país, Kais Saied, es «una nueva vulneración de la Constitución» y supone un paso más hacia el «desmantelamiento del Estado y sus instituciones».
El mandatario anunció a última hora del miércoles la disolución del Parlamento como medida para «proteger» la institucionalidad tunecina y en respuesta a la celebración de una sesión parlamentaria clandestina, pues las actividades de la Asamblea de Representantes están suspendidas desde mediados del pasado año, también por orden de Saied.
De hecho, en la mencionada sesión, en la que participaron 121 diputados, se dio ‘luz verde’ –con 116 votos a favor– a poner fin a las medidas aprobadas por Saied el pasado mes de julio y que, según Ennahda, han abocado a Túnez a «un rumbo desconocido» y han puesto el futuro del país «a disposición de una sola persona».
Así pues, tras la decisión del presidente de disolver el Parlamento, el Comité Ejecutivo de Ennahda ha celebrado este jueves una reunión de emergencia, presidida por el líder de la formación, Rachid Ghanuchi, y en la que, entre otros aspectos, se ha reafirmado la legalidad y legitimidad de la mencionada sesión plenaria del miércoles.
En un comunicado facilitado a Europa Press, el partido islamista ha puesto en valor que lo acordado en la reunión parlamentaria no supone en ningún caso un «conflicto de legitimidad», sino más bien el retorno a la actividad de «una institución elegida por el pueblo soberano».
«Desbaratar el Parlamento para congelarlo o disolverlo ha causado severos daños a nuestro pueblo, que está amenazado de hambre, y a nuestro Estado, que está amenazado de quiebra», ha trasladado Ennahda.
En este punto, la formación ha criticado que la inversión nacional y extranjera requiere de «la existencia de instituciones constitucionales legítimas», así como de «estabilidad política». Así pues, Ennahda considera que en Túnez no se dan a día de hoy estas circunstancias y ha responsabilizado directamente al presidente Saied por «el deterioro de la situación económica y social».
Finalmente, la formación política –que dominaba la mayoría de los escaños en el órgano legislativo– ha remarcado la necesidad de un «diálogo nacional integral que no excluya a nadie» para alcanzar un gobierno «de salvación económica» y que garantice las condiciones necesarias para la celebración de elecciones legislativas y presidenciales anticipadas.
El presidente Saied anunció el 13 de diciembre una prórroga de la suspensión del Parlamento hasta que se celebren elecciones, que convocó para el 17 de diciembre de 2022, en el marco de un proceso que incluirá un referéndum constitucional el 25 de julio de 2022.
La Constitución tunecina de 2014 solo permite suspender el Parlamento durante 30 días, un plazo ampliamente superado, si bien Saied afirmó en diciembre que dicha Carta Magna «no tiene legitimidad», lo que ha sido criticado por varios partidos, incluido Ennahda.