Avisa a la UE del peligro de dejar «vacíos» en África que pueda aprovechar Rusia
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, cree que el plan inicial de Rusia en la invasión de Ucrania «ha fallado estrepitosamente» y Vladimir Putin «ya ha perdido la batalla» a nivel político y estratégico, cosechando un gran «desprestigio internacional» y perdiendo la oportunidad de «ser una voz importante» en el contexto internacional.
El JEMAD ha analizado la ofensiva militar de Rusia durante su participación en un desayuno informativo del Fórum Europa, donde no se ha atrevido a aventurar la evolución del conflicto pero sí ha reconocido como poco probable un alto el fuego perdurable a corto plazo debido a la resistencia de Ucrania y a la reacción rusa reorganizando su estrategia.
En cualquier caso, el almirante López Calderón cree que Putin «ha fallado» en su pretensión de recuperar el antiguo «imperialismo soviético» y además haber cruzado la «línea roja» en Ucrania tendrá para Rusia consecuencias geopolíticas internacionales a largo plazo.
«Evidentemente se ha equivocado en sus cálculos, ya ha perdido esta guerra en el nivel político-estratégico», ha insistido apuntando que en el futuro el mundo será «bipolar» y «Rusia no va a contar». «Ha perdido la oportunidad de ser una voz importante en el contexto mundial, se ha desprestigiado hasta extremos desorbitados», ha explicado.
RUSIA HA CRUZADO TODOS LOS LÍMITES
Hasta ahora, ha recordado, Rusia mantenía una creciente «asertividad» respecto a Occidente, manifestada a través de acciones híbridas para potenciar su desestabilización; pero con la invasión de Ucrania «cruzó todos los límites» y con una «falsa excusa de seguridad» quebrantó todos los principios del derecho internacional.
Según ha expuesto, el propósito de Putin era «restablecer los tiempos soviéticos» y cosechar una influencia global con la creación de un «anillo de seguridad», sin importarle para ello violar todas las normas internacionales. Sin embargo, cree «evidente» que «ha fallado en sus cálculos» y eso está obligando ahora al Kremlin a replantear su operación y marcarse unos objetivos distintos. Además, el JEMAD cree que las amenazas de uso de la fuerza nuclear pueden interpretarse como «una muestra de cierta debilidad».
Todo ello independientemente, ha avisado, de que Rusia sí pueda conseguir ciertos «éxitos tácticos», como podría ser la unión de su territorio con Crimea. «Pero desde el punto de vista de sus objetivos de carácter estratégico, creo que ya los ha perdido», ha insistido.
CHINA, CLAVE EN LA SOLUCIÓN
Según ha subrayado, la Unión Europea y la OTAN siempre apostaron por la diplomacia con Rusia acompañada de una política de disuasión, pero bajo la premisa del respeto al derecho internacional, los derechos humanos y la salvaguarda de la soberanía e integridad territorial. «Este escenario Putin lo ha dejado atrás», ha lamentado.
Ahora, cree que China es el país que «más influencia puede tener» en la resolución del conflicto –«si quisiera es la clave»– y se encuentra observando «con cuidado» los acontecimientos para «extraer lecciones» y no cometer errores en sus reivindicaciones.
«China es la solución y creo que además en cierto modo está actuando para evitar la expansión del conflicto –ha indicado el JEMAD–. A China no le interesa que se salga de las fronteras ucranianas y podría hacer mucho para cerrar este conflicto».
3.000 RUSOS EN MALÍ
Más allá del escenario ucraniano, el almirante López Calderón ha llamado a poner la vista en la zona del Sahel, vital para Europa y especialmente para España y convertida ya en «escenario de la competición geopolítica». Y ha pedido evitar dejar «vacíos» que dejen espacio para que Rusia incremente su influencia en la zona.
Ya sea directamente a través de sus Fuerzas Armadas o mediante grupos de mercenarios como Wagner, ha explicado que Rusia ofrece servicios de seguridad a los gobiernos africanos a cambio de la explotación de sus recursos naturales. Se trata de una fórmula ya implantada en la República Centroafricana y que se está expandiendo en Malí, donde Francia ha anunciado su retirada este año y la Unión Europea se está replanteando su misión de entrenamiento a las fuerzas de seguridad locales.
El JEMAD cree que Europa no debe dejar el espacio vacío a Rusia, pero también asume que la UE no puede aceptar el entrenamiento de unos militares que después operen con Wagner. Según ha revelado, se calcula que Rusia ya tiene una presencia de 3.000 personas en Malí entre contratistas y sus propias Fuerzas Armadas.
Además, esta situación contrapone dos modelos: el «pragmatismo y ausencia de códigos deontológicos» de Rusia frente «al respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario» de la Unión Europea. Y esto debería ser valorado por los países de la zona, según ha avisado, porque aceptar el apoyo de Rusia puede parecer favorable a corto plazo, pero «está claro que fracasarán a largo plazo».