MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido este martes una investigación para determinar si la matanza de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha constituye un crimen de guerra, en el marco de la invasión rusa.
Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el secretario general de Naciones Unidas ha indicado que una investigación «independiente» es necesaria para garantizar una rendición de cuentas de los responsables «efectiva».
Guterres ha descrito el conflicto en Ucrania como una «invasión en toda regla» y lo ha calificado de «uno de los mayores desafíos que jamás se hayan planteado al orden internacional y a la arquitectura de la paz mundial, fundada en la Carta de la ONU».
Hasta la fecha, la ofensiva rusa ha desplazado a más de diez millones de personas en sólo un mes, el movimiento forzado de población más rápido desde la Segunda Guerra Mundial, según ha destacado Guterres.
De esa cifra, más de 4,2 millones han huido de las fronteras de Ucrania, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en medio de los continuos bombardeos y el uso de armas indiscriminadas que han provocado el ataque a 86 instalaciones sanitarias y médicas entre el 24 de febrero y el 2 de abril, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dada la urgencia de la situación, el titular de la ONU ha recordado que había encargado al Coordinador de Ayuda de Emergencia, Martin Griffiths, que viaje a Rusia y Ucrania para presionar por un alto el fuego humanitario urgente.
Guterres ha lamentado también que la interrupción de las cadenas de suministro mundiales causada por la guerra ha provocado un aumento masivo de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes, ya que Rusia y Ucrania son importantes productores mundiales.
«Sólo en el último mes, los precios del trigo han aumentando un 22 por ciento, los del maíz un 21 por ciento y los de la cebada un 31 por ciento», ha resaltado, antes de señalar con «preocupación» que 74 países en desarrollo, con una población total de 1.200 millones de personas, son «especialmente vulnerables» al aumento de los costes de los alimentos, la energía y los fertilizantes.
El responsable de la ONU también ha advertido de que los reembolsos de la deuda suponen ahora el 16 por ciento de los ingresos de exportación de los países en desarrollo, mientras que la carga es dos veces mayor para los pequeños estados insulares en desarrollo, debido al aumento de los tipos de interés y al encarecimiento de las importaciones.