MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El Departamento de Justicia de Estados Unidos cuenta con al menos 500 casos relacionados con el asalto del 6 de enero al Capitolio en Washington sin poder resolver todavía ante la falta de abogados y personal, una cifra susceptible de aumentar mientras el FBI sigue recibiendo información de los ciudadanos.
Centenares de casos de sospechosos que participaron aquel motín se amontan en las mesas del Departamento de Justicia, que ya ha solicitado al Congreso de Estados Unidos una ampliación de fondos valorada en 34 millones de dólares –frente a los 15 fijados– y al menos el doble del personal que está ahora destinado en estas labores, unos 70.
Quince meses después de que una multitud de sediciosos irrumpiera en el Capitolio para anular el recuento de los votos electorales que certificaban el triunfo del presidente, Joe Biden, en las elecciones de noviembre de 2020, más de 775 personas han sido detenidas, de las cuales 225 se han declarado culpables, con más de 50 de ellas condenadas a prisión.
Esta cuadrilla de detectives ciudadanos han estado rastreando Internet en los último meses utilizando sistemas operativos de código abierto, como registros públicos, redes sociales, fotos y vídeos publicados, siendo de ayuda al FBI, que tiene una lista de otras 350 personas que podrían estar sujetas a ser arrestadas.
La extensa investigación del 6 de enero está abrumando tanto a los funcionarios del Departamento de Justicia como a los del FBI, según fuentes policiales y familiarizadas con este caso consultadas por la cadena NBC, en especial después de que cada vez se presenten cargos más complejos contra los detenidos, que han pasado en un primer momento de ser acusados de cargos menores a otros como sedición, conspiración, e incluso terrorismo doméstico.
