El Ministerio del Interior de Ucrania ha cifrado este jueves en más de 400 las víctimas civiles en la región de Kiev tras el paso de las tropas rusas, aunque ha matizado que el número de muertos está sujeto a modificaciones a medida que las autoridades ucranianas se asientan en las zonas liberadas.
Así lo ha dado a conocer en una sesión informativa el asesor del Ministerio de Interior, Anton Herashchenko, quien ha relatado algunas de las atrocidades que han sido atribuidas a las tropas de Rusia, como el disparo indiscriminado desde vehículos blindados sobre personal civil «que no representaba ninguna amenaza».
Así, Herashchenko ha recordado los asesinatos cometidos en la pequeña localidad de Motizhin, cuya alcaldesa, Olga Sukhenko, fue encontrada maniatada junto a su familia en una fosa común, o los once cuerpos sin vida hallados en Gostomel, también en la región de Kiev.
«Y esto es solo el comienzo del gran trabajo iniciado por la Fiscalía General de Ucrania, el Ministerio de Interior y los servicios de Seguridad para documentar los crímenes», ha destacado Herashchenko, informa la agencia Ukrinform.
Los ataques rusos se intensifican
El portavoz de Defensa ha alertado de que el Ejército ruso está obligando a la población de algunas ciudades a desplazarse hacia ciudades del este de Ucrania, donde el control de Moscú es mayor.
Los rusos continúan con duras medidas de filtrado en los territorios ocupados temporalmente en la región de Jersón. Están cometiendo actos de violencia contra la población civil y están deportando a la fuerza a la población de Mariúpol a los distritos temporalmente ocupados de Donetsk y Lugansk.
— Mutizianik
ha reconocido que la situación en la ciudad portuaria es «difícil» por el asedio al que lleva sometida desde hace semanas por el Ejército ruso, aunque ha celebrado que allí «aún hondea la bandera ucraniana».