ROMA, 13 (EUROPA PRESS)
El Papa ha condenado la «agresión armada de estos días» en alusión a la guerra en Ucrania, de la que ha dicho que, como todos los conflictos bélicos, representan «un ultraje a Dios» y una «traición blasfema al Señor de la Pascua».
«La agresión armada de estos días, como toda guerra, representa un ultraje a Dios, una traición blasfema del Señor de la Pascua, un preferir el falso dios de este mundo a su rostro manso. Siempre la guerra es una acción humana para llevar a la idolatría del poder», ha lamentado el Pontífice.
«La paz que Jesús nos da en la Pascua no es la paz que sigue las estrategias del mundo, que cree poder obtenerla mediante la fuerza, la conquista y las diversas formas de imposición. Esta paz, en realidad, es sólo un intervalo entre guerras», ha aseverado Francisco durante la audiencia general de este miércoles, previa al Triduo Pascual.
En la plaza de San Pedro han ondeado decenas de banderas de España de los estudiantes que participan en el UNIV en Roma de este año para explorar el significado de la Semana Santa y reflexionar sobre el tema ‘Reconstruir juntos: la fuerza de las relaciones humanas’. En total, según sus organizadores, hasta Roma han viajado cerca de 2.000 estudiantes provenientes de más de un centenar de universidades del mundo para participar en El UNIV, que se celebra desde hace 54 años y nació en 1968 gracias al impulso de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
El Papa ha declarado que Cristo «da su paz como rey de mansedumbre y humildad, con la entrega total de sí mismo» a pesar de que, en Jerusalén, «muchos esperaban un Mesías poderoso que instaurara una ‘paz social’, obtenida por medio de la imposición y la fuerza».
«La paz del Señor es hacerse cargo de los demás. Su paz no es el resultado de un compromiso, sino que nace del don de sí mismo. Por eso, esta paz mansa y valiente es difícil de aceptar», ha subrayado.
El pontífice ha escogido la ‘Leyenda del Gran Inquisidor’ que aparece en ‘Los hermanos Karamázov’, del escritor ruso Fiódor Dostoyevski para explicar esta idea. En el relato Jesús, después de varios siglos, regresa a la Tierra, y es recibido inmediatamente por la multitud festiva, que lo reconoce y lo aclama. Pero lo arresta el Inquisidor, que representa –según el Papa– «la lógica mundana, y lo interroga y lo critica ferozmente».
«La razón final de la reprimenda es que Cristo, aunque pudo, nunca quiso convertirse en César, el mayor rey de este mundo, prefiriendo dejar al hombre libre antes que someterlo y resolver sus problemas por la fuerza. Podría haber establecido la paz en el mundo doblegando el libre pero precario corazón del hombre por la fuerza de un poder superior, pero no quiso hacerlo», ha explicado el Papa.
Por ello, ha asegurado que «mientras que el poder mundano trae destrucción y muerte», la paz de Cristo «edifica la historia, transformando los corazones de los que acogen su presencia salvadora».
