MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado este viernes que otorga estatus de protección temporal durante 18 meses más a los ciudadanos cameruneses que residen ya en territorio estadounidense, debido al conflicto armado y al terrorismo que asolan el país africano, informa el Departamento de Seguridad Nacional.
«Estados Unidos reconoce el conflicto armado en curso en Camerún y brindaremos protección temporal a quienes la necesiten», ha dicho el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
«Los ciudadanos cameruneses que residen actualmente en Estados Unidos y que no pueden regresar de manera segura debido a la extrema violencia tanto de las fuerzas gubernamentales como los separatistas armados», así como por «el aumento de los ataques de Boko Haram, podrán permanecer y trabajar en Estados Unidos hasta que las condiciones en su el país de origen mejore», ha profundizado Mayorkas.
Washington puede otorgar el estatus de protección temporal cuando un país está inmerso en pleno conflicto armado, o bien ha sufrido una situación extraordinaria, como puede ser un desastre natural.
En el caso de Camerún, la combinación de los enfrentamientos civiles entre separatistas y fuerzas gubernamentales, así como el terrorismo islámico de Boko Haram ha desencadenado una crisis humanitaria sin precedentes en el país, cuyas infraestructuras han quedado maltrechas.
La Región de Extremo Norte es una de las más sacudidas por la inseguridad en el país, dado que en ella operan el grupo yihadista Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), especialmente en zonas situadas en la cuenca del lago Chad.
Por otra parte, las dos regiones anglófonas de Camerún –Noroeste y Suroeste– se han visto golpeadas por un conflicto separatista tras la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017. Un año antes esta zona –otrora colonia británica pero que decidió unirse al Camerún francés– fue escenario de protestas pacíficas para reclamar una mayor autonomía o la independencia.
Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido con una dura represión.
Así, la violencia que se ha desatado desde entonces ha afectado a 2,2 millones de personas, de las cuales 700.000 se han visto forzadas a dejar sus hogares, mientras que más de 3.000 han muerto, según Naciones Unidas, que ha estimado en más de 1,1 millones los niños que han tenido que abandonar la escuela.