BUENOS AIRES (AP) — Trabajadores informales, empleadas domésticas, cuentapropistas y jubilados, cuatro de los sectores más afectados por la aceleración de la inflación en Argentina, recibirán un bono extra equivalente a 100 y 150 dólares que se financiarán con un nuevo impuesto a las empresas que obtuvieron una ganancia extraordinaria por el impacto de la guerra en Ucrania.
“Estas medidas son muy necesarias por el impacto de la inflación en el primer trimestre”, explicó el presidente Alberto Fernández el lunes al hacer el anuncio en la Casa Rosada. “Debemos garantizar que no recaiga en el bolsillo de los argentinos y fundamentalmente de los sectores más vulnerables, que se mueven en el marco de la informalidad”.
Argentina reportó en marzo una inflación de 6,7%, la cifra más alta de los últimos 20 años, y acumula 16,1% en los primeros tres meses del año. La pobreza, en tanto, afecta al 37,3% de los 45 millones de argentinos.
Los trabajadores en negro, empleadas domésticas y cuentapropistas recibirán el equivalente a 150 dólares en dos cuotas a acreditarse en mayo y junio.
En tanto que los jubilados cobraran el equivalente a 100 dólares en una cuota.
La ayuda especial para los sectores con mayor pérdida de poder adquisitivo por la inflación se financiará mediante “un mecanismo que permita poder capturar parte de la renta inesperada, que es producto del shock que produce la guerra”, adelantó el ministro de Economía, Martín Guzmán.
En ese sentido, el funcionario detalló que la alícuota se aplicará sobre grandes empresas «con ganancias superiores a los mil millones de pesos (unos 470 millones de dólares)” en 2022. Aclaró que “si la renta extraordinaria se canaliza hacia la inversión, la contribución será menor”.
Entre los sectores más favorecidos por el impacto del conflicto en Ucrania en la economía mundial aparecen las empresas agroindustriales, energéticas y petroleras.
Por tratarse de un nuevo impuesto debe ser aprobado por el Congreso, donde el oficialismo está obligado a negociar con fuerzas de la oposición para avanzar con la iniciativa, lo cual no se avizora sencillo.
“Ante las intenciones del gobierno nacional de crear un nuevo impuesto o subir uno existente que gravaría la “renta inesperada”, quiero dejar claro que estamos absolutamente en contra y que cuando llegue al Congreso lo vamos a rechazar”, adelantó el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los líderes de Juntos por el Cambio, principal fuerza de la oposición.
“La Argentina no soporta un impuesto más a la producción. No hay más margen para aumentarles tributos a los que trabajan, quieren invertir y generar empleo. Es exactamente al revés, hay que dejarlos producir, crecer y poner en movimiento la rueda”, opinó Larreta.