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El populismo centroeuropeo se prepara para un duro golpe en las elecciones de este domingo en Eslovenia

Un nuevo movimiento opositor tambalea al controvertido y debilitado primer ministro Janez Jansa

Un nuevo movimiento opositor tambalea al controvertido y debilitado primer ministro Janez Jansa

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, se enfrenta a la posibilidad real de perder el poder en las elecciones legislativas de este domingo frente a un nuevo movimiento de oposición que ha ejercido durante toda la campaña electoral como cámara de resonancia de las críticas por corrupción y autoritarismo que han acompañado al mandatario durante gran parte de su dilatada carrera política, y erosionado paulatinamente su mandato durante los últimos meses.

La figura de Jansa, de 63 años de edad, acompaña a la historia de Eslovenia desde antes incluso de su independencia de Yugoslavia en junio de 1990, durante el proceso previo de democratización nacional que le convirtió impulsor de la Constitución nacional. Jansa, ministro de Defensa durante el breve conflicto armado que desembocó en la separación del país, comenzaba una andadura política marcada por dos aspectos fundamentales: el extremismo de su discurso político y sus problemas con la ley.

Estos últimos se hicieron evidentes durante los años siguientes, comenzando por su posterior década en la oposición, donde combinó una apuesta por la integración en la Unión Europa con una acérrima defensa de los valores tradicionales del país. Esta plataforma le llevó al poder por vez primera en 2004, al frente del Partido Democrático (SDS), el primero de sus tres mandatos. El segundo de ellos, en 2012, estuvo marcado por un escándalo de corrupción que culminaría en una condena de cárcel en 2013 por intentar llevarse una comisión en un contrato de armamento — el llamado «Caso Patria» — finalmente revocada dos años después por el Tribunal Constitucional al entender que sus derechos habían sido violados durante el procedimiento.

El tercer mandato de Jansa, que comenzó en marzo de 2020, presentó a un político próximo, pero no completamente afín, al populismo euroescéptico abanderado por otros líderes como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, o el serbio Aleksandar Vucic. Aunque Jansa se ha mostrado más próximo a Bruselas que sus dos colegas, no ha dudado en acusar a compañeros eurodiputados de pertenecer a movimientos conspiratorios globalistas, defendido la figura del expresidente norteamericano Donald Trump, y rechazado las acusaciones desde las instituciones europeas que le han señalado por presionar a los medios del país o atacar la independencia de la Judicatura.

Todas estas críticas, sumadas a las efectuadas dentro de su propio país por su gestión de la pandemia, acabaron germinando en una moción de censura efectuada el año pasado contra el mandatario. Jansa sobrevivió a duras penas: la moción se quedó a seis votos de fructificar. Doce meses después, la oposición contra Jansa, lejos de diluirse, comparece con más fuerza que nunca en forma del llamado Movimiento Libertad, liderado por Robert Golob.

CODO CON CODO EN LAS ENCUESTAS

Golob, ex presidente de la energética estatal Gen-I, asumió en enero de este año las riendas de un pequeño partido pro medioambiental sin representación parlamentaria que ha acabado aglutinando un enorme respaldo entre la oposición de centroizquierda y de alguna forma desviar la atención de la guerra en Ucrania (ambos contrincantes han declarado su apoyo a Kiev frente a la invasión rusa) para convertir esta votación en un plebiscito sobre la debilitada figura de Jansa.

Su plataforma, que concibe estas elecciones como un «referéndum sobre la democracia», defiende la transparencia política y propone un aumento de la inversión en energía renovable, le ha granjeado tantos respaldos políticos que ni siquiera la derrota electoral le restaría opciones de llegar al poder: según las encuestas hay seis partidos que podrían acabar este domingo en el Parlamento, algunos de los cuales podrían ser cruciales para decidir entre bambalinas lo que no termine de conseguirse en las urnas.

Los sondeos casi no pueden ser más ajustados. El partido de Jansa saca 0,1 por ciento en intención de voto al Movimiento, según una encuesta publicada el martes por el diario ‘Dnevnik’, pero este último goza de un enorme tirón entre la población todavía indecisa, que comprende una cuarta parte de los encuestados, según explica a Bloomberg el analista Andraz Zorko, del centro de estudios Valicon.

Para el analista, será fundamental el dato de participación. Una elevada asistencia favorecerá al Movimiento de Golob, y todas las estimaciones parecen apuntar a ello: se espera un mínimo del 60 por ciento, diez puntos más que en los últimos comicios de 2018.

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