NUEVA YORK (AP) — Luego de una importante victoria al conseguir la formación de un sindicato, los trabajadores de Amazon en el vecindario neoyorquino de Staten Island bailaron y celebraron con champaña. Pero su actitud jovial será puesta a prueba por una empresa que parece poco dispuesta a negociar.
Entre otras cosas, el Amazon Labor Union (ALU) ha dicho que quiere descansos más largos para los empleados de almacén, más tiempo libre y un salario mínimo de 30 dólares la hora, comparado con los 18 que ahora se pagan en la planta de Staten Island.
Para lograr algo cercano a eso, la base sindical tendría que negociar un contrato con Amazon donde ambas partes estén de acuerdo. Pero esto podría resultar difícil.
Amazon está tratando de anular la votación a través del cual se conformó el sindicato argumentando que estuvo amañada por los organizadores y por la oficina local de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) que supervisó las elecciones. El viernes, la empresa presentó ante la NLRB material para apoyar sus objeciones. La junta no planea hacer público dicho expediente mientras el caso sigue abierto. Una oficina regional de la junta por separado en el suroeste probablemente llevará a cabo audiencias y decidir si se debe certificar los resultados.
Si Amazon fracasa en esto, podría apelar a la NLRB nacional, cuya mayoría demócrata podría favorecer al incipiente sindicato. Pero incluso en los casos donde la agencia ratifica una victoria sindical, las empresas a menudo se niegan a negociar, una postura que puede desencadenar largas batallas en los tribunales, una especie de puerta trasera para frustrar victorias laborales.
Datos compilados en 2009 por Kate Bronfenbrenner, una experta en trabajo en la Universidad de Cornell, encontró que menos de la mitad de los sindicatos obtuvo su primer contrato en el plazo del año después de ganar una elección, y el 30% no lo consiguió en tres años. Mientras tanto los trabajadores siguen en la incertidumbre.
Los expertos dicen que las demoras para conseguir un contrato pueden frustrar este tipo de campañas sindicales y socavar la confianza de los empleados en el trabajo organizado. El resultado puede ser un contrato débil o disminución del interés de los trabajadores en la organización.