MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado la suspensión de operaciones en varias zonas del estado de Darfur Occidental, en el oeste de Sudán, tras los últimos enfrentamientos intercomunitarios, que han dejado más de 160 muertos.
«Tras los enfrentamientos violentos y ataques en Darfur Occidental, las operaciones del PMA en partes de Darfur Occidental están suspendidas», ha dicho la oficina del organismo en el país africano a través de un breve mensaje en su cuenta en la red social Twitter.
Así, ha recalcado que «el PMA planea analizar la situación y dar apoyo a la población afectada cuando la situación de seguridad lo permita». En los incidentes, que tuvieron su epicentro en la localidad de Kreinik, murieron un trabajador de Médicos Sin Fronteras (MSF) y tres trabajadores sanitarios.
El organismo destaca en su página web que «los efectos combinados del conflicto, las crisis económicas, los shocks climáticos y las malas cosechas están afectando significativamente el acceso de la gente a la comida» y ha alertado de que es estima que 18 millones de personas harán frente a hambre aguda en 2022.
«Durante los últimos meses, ha habido un aumento del número de desplazados debido al conflicto por el control de la tierra, el ganado, el acceso al agua y el pastoreo en zonas de Darfur y Kordofán. Esto ha erosionado los sustentos, dañado granjas y provocado un paro generalizado», ha lamentado.
El portavoz de la Coordinadora General para Refugiados y Desplazados en Darfur, Adam Regal, indicó en un comunicado publicado en la página en Facebook de la ONG que la situación «es difícil y se está deteriorando» y acusó a milicias progubernamentales de estar detrás de estos ataques en Kreinik.
La región de Darfur ha sido escenario de un repunte de las tensiones intercomunitarias a pesar del histórico acuerdo de paz de octubre de 2020 con varios grupos rebeldes, que intenta poner fin a los combates que estallaron en 2003, que han dejado al menos 300.000 muertos y más de 2,5 millones de desplazados.
El expresidente Omar Hasán al Bashir –derrocado en un golpe de Estado en abril de 2019–, así como otros altos cargos durante su mandato, son buscados por el TPI por supuestos crímenes de guerra y contra la Humanidad en el marco de este conflicto.